El imaginario mundo del Doctor Parnassus

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

La belleza, el delirio y el caos

Este nuevo delirio fantástico de Terry Gilliam resultó el trabajo póstumo de Heath Ledger. De hecho, luego de su muerte, el galán australiano fue reemplazado para algunas escenas inconclusas por Johnny Depp, Colin Farrell y Jude Law.

Hay que admitir que el cambio de actores está bastante bien justificado, ya que los personajes entran y salen de universos paralelos a través de un espejo mágico y es ahí como, por ejemplo, Ledger abandona la Londres contemporánea para "transformarse" en Depp en una secuencia de corte onírico y surrealista. En esos pasajes imaginarios, el film hace uso y abuso de los efectos visuales generados por computadora y se convierte prácticamente en una película de animación.

Además de Ledger, Depp, Farrell y Law, en esta ambiciosa producción aparecen otros conocidos intérpretes: desde el veterano Christopher Plummer, como el doctor Parnassus del título, un hombre inmortal con poderes mentales que lidera a una patética troupe de artistas que viaja en una carroza y hace unas performances en la vía pública; hasta Tom Waits, como el malvado de turno.

El relato -muy vistoso pero bastante caótico en su narración- se ubica en la misma línea de los últimos y fallidos trabajos del ex Monty Python, que supo tener mejores etapas con films como Brazil, 12 monos, Pescador de ilusiones o Las aventuras del Barón de Munchausen.