El guardián del zoológico

Crítica de Mex Faliero - CineramaPlus+

La comedia, que avanza con vaivenes y un poco a los tropezones.

No sería ilógico pensar que El guardián del zoológico era un producto pensado para Adam Sandler, pero que algo pasó en el camino y el actor se quedó apenas como productor y poniendo la voz a uno de los animales protagonistas. Es decir, además de Frank Coraci en la dirección y el amigo de la casa Kevin James en el protagónico, la película tiene todos los elementos típicos de la comedia sandleriana: obviamente, el malo es el dinero o, en todo caso, lo que nosotros hacemos cuando tenemos dinero y nos alejamos de nuestras pasiones. Lo que dejaría en evidencia que al Sandler actor/autor, hay que sumarle también un Sandler productor/autor. Lo que ocurre, por otra parte, es que el personaje Sandler está atravesando una etapa bastante crítica y El guardián del zoológico tiene todos los desaciertos de las últimas películas del comediante.

James es el personaje del título, alguien que tras sufrir un desengaño amoroso decide ocultarse en su trabajo, distanciarse del mundo y centrar su atención en su profesión: así se convierte en el mejor guardia de un zoológico, o al menos eso es lo que dicen los propios animales. Bueno, no les dijimos: El guardián del zoológico es de esas películas que hacen hablar a los animales. Es decir, al estilo Sandler más familiar le incorporamos unos animalitos parlanchines, algo de humor físico y una trama bastante simple, con lo que tenemos un producto infantil en la cancha. Además, la reaparición de la ex una vez que el protagonista había logrado olvidarla, permitirá jugar también con la comedia romántica.

No es por puritano, pero sí hay que señalar que a veces no se comprende de estas películas hacia qué público van dirigidas: si bien estamos ante un evidente relato infantil, algunos chistes y secuencias buscan incluir a los adultos, pero no como en Pixar sino de una manera un tanto grosera. Esa confusión es la propia de la comedia, que avanza con vaivenes y un poco a los tropezones. Si existe un elemento que permite que veamos al film como algo simpático y sin mayores pretensiones, ese es el talento de James para sostener hasta la secuencia más tonta, la simpatía de Rosario Dawson (compañera de trabajo del protagonista) y los momentos que el guardián comparte con un solitario orangután. El guardián del zoológico no evitará la moraleja, aunque la misma no esté tan subrayada, y pasará sin hacer demasiado daño. Lo peor para decir sobre ella es que resulta bastante perezosa en sus resoluciones. Y no mucho más.