El futuro que viene

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Verosímil retrato de la amistad de dos mujeres muy diferentes

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El aluvión de estrenos argentinos, superando ya las 150 películas en lo que va del año, tiene el grave inconveniente de que las nuevas producciones que se presentan desplazan a las anteriores por falta de espacio para su permanencia en cartelera. En la semana 41° del año sobre 14 estrenos la mitad son nacionales y si uno no se apura puede perder la oportunidad de ver propuestas interesantes.

Es el caso de “El futuro que viene” de la debutante y además guionista Constanza Novick, que reúne a Dolores Fonzi y Pilar Gamboa, actrices con mucha química en el rol de dos amigas cuyas vidas han seguido derroteros muy diversos.

Romina (Fonzi) lleva una vida rutinaria con su marido (Esteban Bigliardi), tiene un trabajo rutinario en la AFIP y además ha sido recientemente madre de una nena. Florencia (Gamboa) es todo lo contrario, su vida es muy movida y acaba de llegar a la Argentina pidiendo “asilo” (pocos días en la casa de su amiga). Su pareja reside en México y dirige una obra de teatro que resulta, en palabras de la recién llegada, una “pinche mamada” por lo mediocre.

La trama transcurre en diversos periodos de la vida, a lo largo de 30 años. Se las ve de muy niñas en una escena al inicio, cuando bailan juntas en la casa de una de ellas y también de adolescentes compitiendo por un mismo muchacho.

El diferente carácter de ambas lo señala un episodio con un taxista que trae a Romina a la casa. Allí la espera Florencia, que aprovecha para tomar el mismo vehículo. Cuando han pasado más de 24 horas y la amiga no da señal alguna, Romina afirma tener “un mal presentimiento, una intuición muy fea”. Y cuando finalmente es contactada le recrimina no haberla contactado todo ese tiempo a lo que en respuesta recibe un insólito “Me enamoré y tiene un hijo” (el taxista).

Hacia el final, que como es norma no develaremos, la situación de ambas amigas habrá evolucionado por caminos muy disimiles. El gran mérito de ese “remate” es que al igual que el resto de la trama resulta verosímil y nunca forzado. Exactamente lo opuesto de “Desearás al hombre de tu hermana”, otra producción nacional reciente donde los personajes centrales son también dos mujeres (y además hermanas), a las que se las ve en varias etapas de su vida. Pero en este caso no hay mérito alguno sino un exclusivo cálculo comercial en un producto despreciable y gratuito.