El falsificador

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Berlín, 1942. Cioma Schönhaus es un despreocupado joven judío de 21 años con un firme propósito: los nazis no le quitarán su entusiasmo. Buscando evitar ser deportado, utiliza la identidad de un oficial de la marina y descubre, del modo menos pensado, un talento que será su instrumento de supervivencia. Basada en la novela homónima y autobiográfica del protagonista de los hechos, este es un film que nos habla acerca de la identidad. En la piel de un muchacho que se rebeló al sistema, apropiándose del nombre y apellido de aquel a quien se considera enemigo. El fin justifica los medios, y el don adquirido se compagina con una vida inventada en medio de una sociedad y un panorama decadentes. “El Falsificador” hace una obra de arte del engaño con motivo de escapar de la muerte segura en horror circundante. La autora de “El Color del Océano”, basándose en los diálogos y acciones acaecidas, adapta esta novela de modo contrastante, la guerra aparece como telón de fondo: Con agudeza, retrata el antisemitismo desde la mirada de un judío que logró sobrevivir al genocidio. Antes de morir, el propio Cioma vio publicada sus memorias que hoy llegan a nuestros cines. Un as bajo la manga se convirtió en una carta de supervivencia vital.