El exótico hotel Marigold

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

Flemáticos ingleses y serviciales hindúes

La película dirigida por John Madden reúne un gran elenco que eleva la calidad de la cinta, que narra el viaje a la India de personajes arquetípicos que buscan vivir nuevas experiencias para sacudir sus acomodadas existencias.

Pregunta: ¿hay sujeto más arrogante que un inglés en un país del Tercer Mundo? Respuesta: sí, dos ingleses en un país exótico descubriendo las tradiciones de un lugar desconocido. Ni hablar, entonces, como se cuenta en la película, si los ingleses son siete, tienen entre 60 y 70 años y recalan en un supuesto paraíso llamado Hotel Marigold. Ejemplo de principio a fin de comedia británica con actores de extensa experiencia en teatro, televisión y cine, que remite a la mordacidad de las películas de los años ’50 de los estudios Ealing (El quinteto de la muerte; Ocho sentenciados), El exótico Hotel Marigold presenta personajes arquetípicos que viajan a la India para vivir nuevas experiencias en las últimas curvas de sus acomodadas existencias. La mujer que acaba de enviudar (Dench), la señora que anda en silla de ruedas y espera operarse de la cadera (Smith), el señor que vuelve a la India luego de 40 años quizás buscando un viejo amor (Wilkinson) y la pareja inestable con el marido pusilánime y la esposa que toma decisiones (Nighy, Wilton), son algunos de los personajes-entidades que John Madden reparte durante la trama. Allí, en el nuevo país mirado de reojo y con chistes xenofóbicos, se producirá el consabido choque de culturas, o en todo caso, de acuerdo a la levedad del argumento, la conformación de un país “extraño” por medio de imágenes turísticas frente a la flema y la arrogancia inglesa, siempre dispuesto a manifestar su autoridad moral y económica. En el Marigold, como contrapunto, habrá personajes simpáticos, serviciales y colonizados que darán consejos y sugerencias al septeto arrugado que proviene del primer mundo.
John Madden ganó el Oscar por una película horrible (Shakespeare apasionado) y luego concibió su versión en cine de una pieza teatral de prestigio (La duda). Esta incursión en la comedia dramática, donde se habla del paso del tiempo y de la búsqueda de la felicidad en el último rincón de la vida, es la mejor película de un cineasta menor procedente de la BBC televisiva. Pero, parafraseando a Borges cuando comentó un viejo film argentino, esto no implica que El exótico Hotel Marigold sea una comedia de un humor leve e inofensivo, sostenido en las frases graciosas de los “extranjeros” y la ingenua torpeza de los serviciales y atolondrados hindúes. Demás está decir que la tradición actoral británica del septeto protagónico eleva un poco la calidad general de la cinta.