El día fuera del tiempo

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

Cada uno en su propia película

El disparador argumental es la muerte de una profesora de catequesis en un colegio de religiosos franciscanos durante los tiempos del Punto Final y la Obediencia Debida.

El disparador argumental es la muerte de una profesora de catequesis en un colegio de religiosos franciscanos durante los tiempos del Punto Final y la Obediencia Debida. De allí surge el trabajo del supervisor Morgan (Urtizberea), un detective que extrae a escondidas la petaca de su saco. Por otra parte, hay dos mellizas (las Marull), una tía y la otra madre de la niña Ariadna (Cardoso), curas sospechosos que hablan con voz grave y otro de acento castizo. Y, como personajes periféricos, entre otros, un monaguillo de pelo rubio con corte un tanto glamoroso, un portero medio roñoso y un vendedor gay de golosinas. Ah, la nena dibuja cosas raras y tiene un comportamiento extraño cada dos por tres. En realidad, cada actor hace su propia película o su show interpretativo dentro de una supuesta seriedad que sin peaje previo llega al disparate sin sentido. Se podrá echarle la culpa al guión –solemne y demencial al mismo tiempo–, a un trabajo de cámara rutinario o a una historia donde se conjuga –sin suerte alguna– el thriller detectivesco, el tema de los desaparecidos, la incidencia y el silencio de la iglesia y otros desvíos argumentales que sólo provocan confusión y desconcierto. Cuesta, por lo tanto, comprender a un film como El día fuera del tiempo, donde las preguntas del detective suenan como el momento posterior a una catarsis de un intérprete del Actor's Studio, mucho más ruidosas frente a los tonos graves de las voces de los clérigos. También, resulta bastante incomprensible (mal narrada, digamos), la historia de la niña extraña y conflictiva frente a su mamá y tía. Por si fuera poco, el relato avanza a golpes de efecto dignos de una película de terror de bajísimo presupuesto. En tanto, el trío de personajes secundarios parece provenir de una estudiantina con mucho alcohol encima. Al respecto, sucede una memorable pelea entre los susodichos y el impávido detective. Pero, además, el aspecto más tenebroso es cómo pudo concebirse semejante cinta donde se recuerdan aquellos años de terror y catacumbas.