El contador

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

Ben Affleck, más picante que nunca

La nueva película de Gavin O’Connor gira en torno a un profesional de los números y tiene a Ben Affleck como protagonista absoluto.

El estreno de El contador es una de las gratas sorpresas del año y confirma al menos dos cosas: que Ben Affleck es un gran actor y que se pueden hacer películas de superhéroes distintas a las que nos tienen acostumbrados Marvel y DC Comics.

En el filme dirigido por Gavin O’Connor (Warrior, 2011) está todo bien. La información que necesita el espectador está perfectamente distribuida, sin dejar cabos sueltos, sin saturar con escenas de acción, sin incluir personajes de más, sin caer en romanticismos efectistas ni en justificaciones psicológicas.

Si bien el personaje de Affleck padece el síndrome de Asperger, la película jamás cae en psicologismos. Esta raíz psicológica está sólo para reforzar la personalidad extraordinaria del personaje.

Los flashbacks para explicar asuntos del pasado aportan datos, aclaran cuestiones, adelantan respuestas. El filme tiene timing y buen manejo del suspenso. En pocos minutos narra el pasado de los personajes secundarios para que el espectador entienda sus motivaciones. Y tiene muy en claro que está para entretener.

No tiene vueltas de tuerca caprichosas y deja entrever de a poco el giro final. El humor es muy importante, no se toma demasiado en serio, es una película autoconsciente de sus juegos con el género de superhéroes, y ahí es donde le saca ventaja a los mamotretos digitalizados de DC y Marvel.

La película empieza con una introducción donde se ve a un pequeño Christian Wolff (Ben Affleck), el niño con trastorno de Asperger, armando un rompecabezas y desesperándose al no encontrar una pieza. Se ve a sus padres discutiendo y al hermano de Christian contemplando la escena.

En la actualidad, Christian es un joven extraordinario, un genio de los números, un contador exitoso con autismo funcional, que le permite trabajar y hablar lo justo y necesario. Es meticuloso, obsesivo, rutinario, y en su garaje tiene una casa rodante confeccionada para una sola persona. Allí tiene sus cosas más preciadas: su colección de arte (un Pollock original), armas, oro, plata y una colección de comics.

Su padre, exmiembro del ejército, lo entrenó de niño con los mejores maestros en distintas disciplinas físicas. Lo que hace que Christian también sea un genio de las piñas y las armas.

Ben Affleck es el protagonista absoluto de la película, acapara la pantalla con su presencia y su físico. Actúa con las miradas, con los gestos, con el cuerpo. Demuestra talento de sobra para el papel.

Por supuesto, hay muchos guiños a Batman y a las películas de superhéroes. Hasta se podría decir, sin levantar la voz, que El contador es la mejor Batman que se hizo en lo que va de la década. O al menos una Batman distinta, sin capas ni superpoderes.