El camino

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Film ?familiar? con picos y valles como el camino que se recorre?El Camino? podría ser conceptuado por más de un motivo como film ?familiar?. Lo es por su producción dado que entre los responsables ejecutivos aparece un cierto Ramón Gerard Estevez, mientras que la dirección está a cargo de Emilio Estevez. Ocurre que el primero de los nombrados no es otro que Martin Sheen, en verdad un seudónimo y padre de cuatro hijos, el mayor de los cuales es Emilio. En el reparto aparece además Renée Estevez, la hija menor de Martin, que tiene un pequeño rol. Digamos para completar que los restantes hijos son también actores: el mediático Charlie Sheen y el menos popular Ramón Estevez.

Pero lo de ?familiar? también sería aplicable a la trama de la película, ya que en ella el oftalmólogo Tom (Martin Sheen) se entera al inicio mismo que su hijo Daniel (Emilio Estevez) ha fallecido en Francia cuando estaba atravesando los Pirineos. A partir de ese penoso incidente, que determina que Tom se desplace al pueblo donde están los restos de su vástago, se inicia ?el camino? o sea el viaje que emprende para llevar (las cenizas) hasta Santiago de Compostela que era hacia donde se dirigía Daniel. Dato no menor es que padre e hijo no se entendían muy bien y que en particular el primero no acertaba a comprender el costado espiritual de su retoño.

Esta especie de ?road movie? revela al espectador aspectos del peregrinaje que posiblemente no conozca en detalle. Por ejemplo puede sorprenderse por la cantidad de gente de todo el mundo que lo emprende. O también, como revela uno de los personajes amante de las estadísticas, que las causas que llevan a alguien a cubrir a pie unos 800 kilómetros son las más diversas y no necesariamente por problemas de salud o de fe cristiana.

Justamente a un hosco Tom se le irán agregando involuntarios acompañantes que han sido seleccionados para darle color a las anécdotas del viaje. El primero en hacerlo será Jost, un simpático y bonachón holandés (Yorick van Wagenigen), cuya motivación central del viaje será la de bajar de peso. Pero su placer y deleite con los platos franceses y españoles (quesos, cordero, etc) que encuentra a lo largo del camino frustrarán el objetivo de su peregrinaje.
No muy diferente serán los resultados para Sarah (Deborah Kara Unger), cuya promesa de dejar de fumar es más un deseo que una realidad. La última de las incorporaciones será la de Jack, un irlandés cuya obsesión será superar su bloqueo de escritor. En algún momento de la historia, Jost le comentará a Jack su parecer sobre los restantes miembros del inusual cuarteto. Tom le parecerá muy estrecho mientras que encontrará que Sarah es una mujer sexy pero muy complicada.

Y pese a las diferencias y desencuentros, el grupo irá poco a poco ganando en complicidad y la llegada e ingreso a la Catedral de Santiago de Compostela marcará uno de los puntos más altos de esta desigual producción que, al igual que el paisaje que recorren, tiene sus picos y valles.

Dentro del reparto sobresale la interpretación de Martin Sheen, quien ya superado los setenta años no para de actuar. De hecho se lo ve en ?El sorprendente Hombre Araña?, otro de los estrenos de esta misma semana. Difícil olvidar su notable capitán Willard en ?Apocalypse Now? y también su destacable debut hace ya 45 años en ?El incidente? de Larry Peerce, junto a Tony Musante. O incluso su rol del padre de su hijo Charlie Sheen en ?Wall Street?.

Para Emilio Estevez éste es su quinto largometraje como director y segundo que se estrena en nuestro país. Ya se había presentado localmente su segundo y fallido film ?Hombres trabajando? donde su padre y él mismo tenían roles importantes. En cambio sólo se conoció en video ?Bobby? sobre el asesinato de Robert Kennedy, su mejor trabajo como realizador con un elenco notable (Anthony Hopkins, Demi Moore, Sharon Stone). En su nuevo film Emilio se reserva un personaje (Daniel) que obviamente, al morir al inicio, tiene poca presencia.

A mencionar la presencia de Angela Molina que aparece en uno de los múltiples albergues donde los peregrinos se detienen a lo largo de su largo viaje. Ella será una de las personas que irán sellando el ?pasaporte? que servirá de testimonio de que han cumplido a pie el trayecto.

?El camino? tiene entre sus mayores logros el retrato de personajes que uno termina queriendo. En algún momento Tom y el holandés serán percibidos por algún lugareño como recreaciones de Don Quijote y Sancho Panza. Quizás se hubiese ganado en calidad de haber eliminado varios minutos, ya que la duración supera estrechamente las dos horas. Otro reparo podrá ser hecho a que su tipo de cine remite a algo habitual (y hoy antiguo) en la década del ?50 en Estados Unidos. Comparado con las producciones actuales puede sentirse que falta cierto dinamismo y que se privilegia la emoción frente a la acción. Pero por suerte se han sorteado con cierta habilidad los golpes bajos en que se podía haber caído por lo que ?El camino? encontrará su público. No así en su país de origen, dado que hace dos años que se filmó y aún no ha sido estrenado allí.