El buen patrón

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

Fernando León de Aranoa se reúne con Javier Bardem luego de la obra maestra de denuncia social “Los Lunes al Sol” (2002) y de “Loving Pablo” (2017), sobre la vida de Pablo Escobar. En el presente film, enfoca el mundo laboral, tramando una especie de díptico con la mencionada obra que colocara a Bardem en la élite actoral mundial. Anverso perfecto de aquella cruda mirada sobre las condiciones laborales, aquí el punto de vista elegido por el director se coloca sobre quien dirige los mandos de una empresa. Pasan los días uno a uno, el esquema semanal complica la agenda. Más problemas surgen, más nítida se vuelve la silueta de alguien a quien le interesa lucirse y aparentar. Bardem se pasa de vereda. Y no es el trabajador en el paro, sino que es un hombre en posición de superioridad, que trata a sus empleados con condescendencia. Un ser con afianzadas conexiones de poder, alguien que mueve a gusto y placer los hilos. Apuesta fuerte, caen las fichas sobre la mesa, quien a su cargo se encuentra es un mero títere de su grandiosa maquinaria. Sin un tono drástico, “El Buen Patrón” consigue afianzarse como una mirada valedera sobre la relación entre empleador y empleado. Se asoma directo en las miserias del mundo empresarial, reflexionando acerca de una posible ética del comportamiento. La balanza trucada casi nunca arroja un saldo de justicia. Con sentido de urgencia, se lleva a cabo una radiografía sobre el mercado laboral español, desde la perspectiva quien toma las decisiones. El espectro que abarca excede las fronteras ibéricas; el mundo gira alrededor de este tipo de injusticias cometidas de modo atávico, las mismas cabezas acaban siendo aplastadas, aquí y allá. Un satírico análisis sobre la precariedad de cierto sector, sobre la inoperancia. Cautivante, despliega capas de profundidad a la hora de cuestionar al poder y funciona primeramente como comedia, sin por ello dilapidar su faceta de denuncia social. Bardem, rey de la función, no deja de lucirse. Una dirección efectiva y minimalista cumple con el requisito que vamos a esperar de parte de León de Aranoa. Sin grandes alardes ni composiciones de planos especialmente llamativas. Quien ha hecho de la austeridad un síntoma se mueve como pez en el agua de esta fábula moral. “El Buen Patrón” eclipsó el récord de nominaciones al Goya (20, superando a “Días Contados”, de Imanol Uribe, 1994), batallando cabeza a cabeza en festivales internacionales con “Madres Paralelas”, de Pedro Almodóvar, como el más destacado film español de la cosecha 2021.