El árbitro

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Larga espera para recibir en salas comerciales a "El árbitro". Fue uno de los éxitos en la Semana del Cine Italiano este año y ahora que la redonda ya no gira por un par de semanas en Argentina (el receso de las fiestas), el fútbol vuelve a ser protagonista, en la pantalla grande.
Opera prima de Paola Zucca, "L'arbitro" es una historia sencilla y modesta sobre los elementos esenciales que rodean al deporte más amado por los argentinos: la pasión por el juego, el espíritu de competencia, las rivalidades entre clásicos rivales y la corrupción que puede generarse desde quien imparte justicia.
Tenemos al Atlético Pabarile, que milita en el ascenso de Cerdeña y todos los años la pasa realmente mal a la hora de enfrentar a su archienemigo, Montecrastu. Este último, goza de los favores de ser entrenado por Brai (Alessio Di Clemente), un terrateniente que disfruta mostrando su poder frente a los peones que trabajan su tierra y pertenecen al rival.
La cuestión es que el Pabarile recibirá un refuerzo inesperado cuando un joven argentino (Jacopo Cullin) se une al equipo y muestra su talento. Su juego levanta al equipo y lo vuelve competitivo. Es más, su llegada revoluciona al pueblo y provoca preocupación en los equipos de la zona: salirse del rol de equipo pobre movilizará mucho aunque el camino hacia el campeonato estará plagado de domésticas dificultades.
Pero Zucca (también responsable del guión junto a Bárbara Alberti) no elige solamente traernos ese conflicto, sino que también pone la mirada en la historia de un jóven árbitro italiano que busca meterse entre los más prestigiosos del país: Cruciani (Steffano Accorsi). Ambicioso y con deseos de sobresalir, el hombre de negro deberá pasar su propio via crucis al ir conociendo como se juegan los intereses políticos a la hora de armar las ternas arbitrales para los partidos importantes...
Cómo se cruzarán ambas historias? Digamos que el referí no toma buenas elecciones y eso reformula su carrera de manera dramática. Y ya anticipan que, llegado el momento, en un clímax que mejor, no anticipar (aunque los corazones futboleros ya se lo imaginarán!) todos los protagonistas del relato se verán las caras en un evento que definirá sus vidas.
Zucca elige narrar con la trama en blanco y negro y con mínimos elementos. Hay en su cast, buena madera y la caracterización de la vida en los poblados rurales luce simpática y acertada.
La transmisión de la atmósfera futbolera, tan presente en las costumbres italianas y locales, es sólida y atrayente pero no todo luce ajustado y el guión se toma su tiempo para recorrer algunas subtramas (el amor del habilidoso futbolista inmigrante, por ejemplo) y alecciona demasiado sobre la moral, quizás, más de lo debido.
Sin embargo, "El árbitro" es una comedia italiana atractiva, que hará las delicias de los fanas del deporte más lindo del mundo. A tenerla en cuenta en este receso futbolero local.