El amigo alemán

Crítica de Agustín Neifert - La Nueva Provincia

Una relación en tres décadas de historia

Meerapfel es hija de judíos alemanes que se radicaron en Argentina para escapar del nazismo. Nació en 1944 y en 1964 obtuvo una beca para estudiar en la Escuela Superior de Diseño de Ulm, Alemania, con Alexander Kluge, quien en aquellos años aglutinó a los integrantes del nuevo cine alemán.
El amigo alemán presenta algunas similitudes con un guión escrito en 1975 por Osvaldo Bayer titulado Tiernas hojas de almendro , una historia de amor entre dos adolescentes de la colectividad alemana en Buenos Aires, durante la Segunda Guerra Mundial.
Quien estuvo interesado en filmar ese relato fue Héctor Olivera, pero el proyecto fue prohibido en 1976 por el interventor militar en el Instituto de Cine y nunca se concretó.
En El amigo alemán , la directora narra la relación entre Sulamit, hija de inmigrantes judíos alemanes que huyeron del Tercer Reich, y Friedrich, hijo de un ex miembro de las SS. Cabe acotar que la Argentina fue entre 1944 y 1955 uno de los principales refugios de criminales nazis.
La historia de Sulamit y Friedrich comienza en 1954 en un pueblo del interior del país, cuando ambos concurrían a la misma escuela. Integraban la primera generación de hijos de inmigrantes alemanes nacidos en la Argentina, pero influidos por el pasado de sus padres.
Concluido el secundario, Friedrich obtiene una beca para estudiar Ciencias Políticas en Frankfurt. Cree que con esa "fuga hacia adelante" podrá superar su conflicto de identidad, en cuanto siente que carga con una culpa que en realidad no es suya, sino de su padre.
Poco tiempo después Sulamit gana una beca para cursar literatura, también en Frankfurt. Allí se produce el reencuentro de esas "almas gemelas", y desde ese momento, la directora observa su evolución hasta el año 1984. El relato es un prolongado flashback.
Eso ocurre en el marco o con el telón de fondo de sucesivos hechos históricos, como el Mayo Francés, la influencia de la revolución cubana y los movimientos de liberación de los países del Tercer Mundo, la asunción de Allende en Chile, el golpe de estado en la Argentina de 1976 y la recuperación de la democracia en 1983.
Esos vaivenes políticos tienen su correlato en la faz afectiva, en especial cuando Friedrich regresa a la Argentina para luchar contra el gobierno militar y Sulamit prefiere permanecer en Alemania.
Meerapfel comentó que El amigo alemán trata sobre "la necesidad de tolerancia, de aprender a asumir la historia que llevamos a cuestas y no traumatizarse por ella".
Y a través del relato va contrastando las diferencias de las realidades personales de los dos protagonistas, de sus entornos sociales y los movimientos políticos a los que adhieren a través de las tres décadas que abarca la historia.
Pero acumula, sin profundizar, un exceso de datos históricos. Y como reza el refrán, el que mucha abarca, poco aprieta. Cuenta con la buena actuación de Celeste Cid y el aporte del alemán Max Riemelt (La ola ), quien no está a la misma altura.