Dos más dos

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

La dupla Suar-Kaplan funciona mejor que en Igualita a mí, aqui en tema serio en clave de comedia

Hace exactamente dos años, “Igualita a mí”, una película dirigida por Diego Kaplan y protagonizada por Adrián Suar se convertía en el film más taquillero del cine argentino del 2010, con algo más de 800.000 espectadores superando así a “Carancho” que hasta ese momento era la nacional más vista.

Como si fuera un espejo, llega ahora “Dos más dos” con la expectativa de repetir lo acontecido en 2010 para lo cual deberá sumar más espectadores que los 750.000 de “Elefante blanco”, la última de Pablo Trapero.

Si uno se guía por el espectacular arranque del jueves 16 de agosto, día de su estreno, parecería que la tercera película de Kaplan (“¿Sabes nadar?”) estaría en condiciones de repetir el resultado de su predecesora.
Pero hay otras razones que apuntalan esa predicción y que tienen que ver con el tema del film y con los actores que acompañan a Suar en esta oportunidad.

“Dos más dos” hace referencia a dos parejas, donde los maridos son médicos y socios desde hace una decena de años. Justamente la escena inicial muestra a Diego (Suar) y Richard (Juan Minujín) en el momento en que reciben un premio en las XII Jornadas Vasculares. El discurso de agradecimiento lo hace el primero de los nombrados y omite mencionar a su socio, quien lo cuestionará amargamente al haber sido tratado en el evento como un simple asistente.

Pero no todo parece tan favorable en la vida de Diego cuando Emilia (Julieta Díaz), su esposa, le revela una impactante noticia que le acaba de hacer Betina (Carla Peterson), la mujer del socio, confesándole que son “swingers” desde hace tres años.

Y Emilia, de rutinaria vida sexual, comienza a madurar la idea de probar la experiencia con sus amigos tratando de convencer a su marido para que hagan la prueba. La primera reacción de Diego es de estupor y rechazo. Sin embargo, sus charlas con su colega y la seguridad con que éste le afirma las virtudes del intercambio de parejas empiezan a desmoronar su resistencia.

Finalmente deciden ir, básicamente como espectadores, a una fiesta en la casa de un amigo común (divertido Alfredo Casero), totalmente descarriado y libertino. Será uno de los momentos más logrados y jocosos del film con un verdadero “zoológico” humano que sin embargo no logrará doblegar al renuente Diego.

Claro que una nueva prueba con los cuatro bajo un mismo techo arrojará resultados diferentes y durante la segunda mitad del film se producirán situaciones fluctuantes, bien resueltas por el guión elaborado por Daniel Cuparo y Juan Vera (también productor en Patagonik).

El tono elegido es de comedia pese a la seriedad del tema. Se podría hasta objetar cierto desequilibrio entre lo que dicen los personajes (con numerosas expresiones sexuales explícitas) y lo poco y nada que se muestra (desnudos pudorosos). Pero lo que puede festejarse es la autenticidad de los diálogos, totalmente creíbles lo que suele ser un defecto de muchas producciones locales.

Hay también espacio para la reflexión del espectador/a, que seguramente se sentirá más identificado con alguno/s de los cuatro personajes centrales. O acaso será con el de Alfredo Casero? En este último caso, la novedad del fenómeno “swinger” presentada por “Dos más dos” no lo sorprenderá seguramente.

Finalmente una mención especial a los aspectos técnicos, todos muy cuidados con la participación de maestros como Félix Monti en fotografía, Iván Wyszogrod en música y la inclusión de “Fanky”, la canción de Charly García en el cierre.