Dogman

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El siempre talentoso, muchas veces controvertido y por momentos provocador director italiano regresa al universo de sus primeras películas (este nuevo film puede verse como una mixtura entre Gomorra y El embalsamador) con una historia inspirada en el caso real de Marcello (excelente trabajo de Marcello Fonte), un hombre bastante patético, divorciado y con una hija de 9 años, que regentea una peluquería para perros en un desolado pueblo cercano a Nápoles. 

El protagonista -anithéroe perfecto- parece ser un buen tipo, honesto y leal, pero con una doble vida, ya que también consume y vende cocaína. Además, la presencia de Simone (un también notable Edoardo Pesce), gigantesco y violentísimo gángster local, complica cada vez más su ya precaria existencia y lo va sumergiendo en el submundo del hampa (y en una creciente crisis personal). 

Más allá de cierta crueldad y de algunas alegorías un poco obvias (los perros resultan mucho más simpáticos que los humanos), Dogman devuelve a Garrone a los terrenos de los dilemas morales, la tragicomedia social y el cine de género que tan bien maneja y en los que es capaz de construir universos únicos y fascinantes.