Después de la lluvia

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

“Después de la lluvia” (Brasil, 2014), de Claudio Marques y Marilia Hughes, habla de un proceso de transición y transformación de su personaje principal, pero también de la sociedad brasilera post dictadura militar y su desestructuración.
Cuando Caio (Pedro Maia) comienza a inmiscuirse en el mundo de la militancia política y denunciar el consumo masivo, su mundo se aleja del común de la gente porque cree que sólo en el enfrentamiento y la contraposición puede generar algo para su burguesa vida.
Su madre está sumida en una depresión y se dedica a mirar programas de gimnasia por TV mientras le reclama afecto, mientras que su padre lo llama por teléfono para exigirle coherencia y respeto a las instituciones que Caio (Maia) desacredita constantemente.
Salvador de Bahía como escenario de lo que pudo haber sido la recuperación de la sociedad civil hacia la inminente democracia, en una reconstrucción de época básicamente apoyada en lo visual.
El silencio es un actor fundamental en la acción y se potencia su efecto envolvente gracias a los planos que Marques decide utilizar para contar la historia.
Algo que también se puede ver en la manipulación que se genera a partir de la resemantización imágenes de archivo (discursos electorales, publicidades neofascistas, entierro de Tancredo Neves), en paralelo a la historia, y que con pocos diálogos y con contundencia logran entremezclar así la política con la sociedad.
En “Después de la lluvia” nada está librado al azar, y frente a cualquier dato que se suelta en la pantalla hay una reacción instantánea del protagonista para poder hablar de cosas inimaginadas para la época que se representa.
El colegio como lugar de reclamo, la radio pirata para expresar utopías, el grito en la garganta contenido para hablar de todo lo que hacía tiempo nadie se animaba siquiera a pensar, la música como objeto de crítica social y la libertad de ser joven y crear y apoyar proyectos eternos sin siquiera creer en la finitud de estos.
La vida estudiantil y el esbozo de la denuncia sin conciencia son la clave para poder comprender una historia que se anima a revisar un período de ebullición desde el punto de vista de un joven.
Porque este dato, no es menor, ya que por momentos la “primavera” del protagonista dispara algunos tópicos como el amor, que llegan a entremezclarse con la trama principal pero que nunca llega a trastocarla del todo.
“Despues de la lluvia” es una opción para poder reflexionar, desde la subjetividad de Caio, sobre uno de los momentos más interesantes de la historia latinoamericana, el de evolucionar como sociedad hacia un estadio de libertad y tolerancia incipiente.