Cuatro muertos y ningún entierro

Crítica de Fredy Friedlander - Leedor.com

Cuatro muertos ningún entierro

No son muchas las producciones irlandesas que se estrenan en Argentina. “Cuatro muertes y ningún entierro” es el título local con que se estrena “A Film With Me In It”. El neto cambio de denominación responde seguramente a, al menos, dos razones. Por un lado, el poco atractivo comercial de la traducción literal del nombre original. Por el otro, a que remite a dos films de gran éxito en el pasado. La distribuidora que lo estrena fue la misma de “Muerte en un funeral”, que superó el medio millón de espectadores y al igual que este estreno contenía un reparto y director virtualmente desconocidos. La otra referencia se refiere a “Cuatro bodas y un entierro”, aunque en ese caso con actores (Hugh Grant, Andie McDowell, Kristin Scott Thomas) y director (Mike Newell) conocidos.

El director Ian Fitzgibbon eligió Dublín como locación y a su compatriota Mark Dowerty para interpretar a un infeliz actor (al que llamó igualmente Mark) y eje del relato. David Doherty, también hermano de Mark en la vida real, hace aquí de cuadripléjico y para facilitar las cosas su personaje también se llama David. Para los hermanos Doherty, como ellos explican en una entrevista, esta decisión facilitó su trabajo. Relevante resulta el mordaz Pierce, interpretado por Dylan Moran, quien en la ficción vive en el mismo edificio que Mark. Keith Allen compone a Jack, el impaciente casero, cansado de que no lo paguen el alquiler en término. Hay además dos mujeres, una es la esposa del frustrado actor y la otra una policía, cuya llegada a la casa tendrá lugar cuando ya se han producido algunas de las muertes a que hace alusión el título local.

Con muy pocos elementos, Fitzgibbon consigue armar un estupendo thriller alrededor de un personaje con marcada cinefilia. No por casualidad, Mark le cuenta a su vecino cuáles son sus preferencias fílmicas, que incluyen a “Fargo”, “Tarde de perros”, Gene Hackman en “La conversación” y a Martin Scorsese. Y para completar el homenaje cinematográfico, el realizador nos regala al inicio una escena en que Mark es entrevistado por un director de cine en un casting para un rol secundario. Quien aparece en este escena es otro realizador irlandés, el conocido Neil Jordan, responsable entre otras de “El juego de las lágrimas”, “Mona Lisa”, y la recientemente estrenada “Amor sin límites” (“Ondine”).

Hacia el final, en breve aparición, se lo ve a Jonathan Rhys Meyers (“Match Point”), confirmando una vez más que “Cuatro muertos y ningún entierro” derrocha cinefilia por donde se la mire, para deleite de espectadores ávidos de buen cine.

Publicado en Leedor el 14-11-2011