Corazón silencioso

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

“Los días pasan muy lentamente. Y los años muy rápido”, cita la letra de alguna canción uno de los personajes de “Corazón silencioso”, del director danés Billie August (el mismo de “La casa de los espíritus” y la versión de 1999 de “Los miserables”). Porque Esther se encuentra enferma, y junto a su marido doctor y a su amiga de toda la vida, decide que es el mejor momento para morir de manera digna. Y así reúne a su familia y a las tres generaciones que se chocan y reencuentran en esa casa, durante esos días, que efectivamente se suceden muy lentos, mientras esperan lo inevitable.
“Corazón silencioso” es un drama familiar que funciona de un modo bastante teatral al sucederse todo en una sola locación: esa casa que fue y sigue siendo testigo de muchas situaciones, discusiones, encuentros, y hasta secretos. August trata con necesaria sutileza el tema de la eutanasia con sumo cuidado, sin juzgar ni dar bajada de línea, simplemente dejando a los personajes ser, dudar, elegir.
Porque la idea de esa familia es algo así como celebrar una despedida (celebran una falsa Navidad porque ya no hay tiempo para esperar la verdadera), que la ida sea del mejor modo. Pero en un principio parece fácil aceptar esa idea, sin embargo, cuando se le da vueltas pasan muchas cosas por la cabeza y no todos terminan de comprar. A esto se le suma el lento develo de un secreto familiar que aporta muchas dudas y rencores.
Los personajes de “Corazón silencioso” son complejos. La irrupción de una amiga genera molestias en la hija de Esther, que quiere que sea algo estrictamente familiar. A la vez su hija trata con sus propios problemas psicológicos como puede al mismo tiempo que ella cae con su novio de mil idas y vueltas, un novio que al principio no es bien recibido (justamente, no es de la familia) pero de a poco se va ganando su lugar a medida que logra mostrarse como alguien diferente a lo que pensaban de él. El adolescente que acepta en silencio, y al mismo tiempo lidia con problemas típicos de su edad, como un primer amor aparentemente fallido. Las tramas se van tejiendo y entretejiendo, el drama va floreciendo dando lugar a los diferentes estallidos que van teniendo cada personaje.
Sin embargo, cuando llega el momento de la resolución, “Corazón silencioso” se revela como una película menos arriesgada de lo que uno esperaba, aun bajo su aparente mentalidad abierta.
Notablemente actuada (Paprika Steen, Ghita Nørby y Danica Curcic se lucen sobre todo como estas tres mujeres de diferentes generaciones) y filmada, la película de August con guión de Christian Torpe es un buen drama que gira más que nada sobre la familia, pero también sobre las decisiones que tomamos y el poder que tenemos para elegir. Más allá de lo duro de la historia a contar, el film tiene mucho corazón y se aleja entonces de dramas más fríos como “Amour” de Michael Haneke por ejemplo.