Código sombra: Jack Ryan

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Y un día volvió Jack Ryan. Tom Clancy escribió 12 novelas sobre este agente de la CIA y fue interpretado en el cine por tres actores distintos: Harrison Ford (la más recordada), Alec Baldwin y Ben Affleck. Los libros funcionaron muy bien y varias veces fue llevado a la pantalla grande, aunque (como Bond y otros), su espíritu está enmarcado en una época pasada, donde el espionaje, tenía ciertas particularidades que hoy ya no son tan frecuentes...
En esta oportunidad, los productores intentan rebootear la saga y para eso eligieron a un actor en franco ascenso: Chris Pine (pudo con "Star Trek", por qué no con esta?). Este "Jack Ryan" versión 2014, tiene sentado en la dirección nada menos a quien hace de villano en la misma entrega.
El veterano Kenneth Branagh (quien desde "Thor" para acá se viene acostumbrando a los presupuestos generosos) y guionado por una dupla rara -el cuasi novato Adam Cozad y el experimentado David Koepp- a la que habrá que seguir observando. No era tarea sencilla relanzar la franquicia.
Era lógico que hubiera que ajustar algunos elementos (digamos que el terrorismo se ocupó de cambiar algunas cuestiones) aunque se respetó el "origen" del personaje. Recuerden igual que esta historia no fue escrita por Clancy, eh!
Para quienes están familiarizados con las andanzas de Ryan (Pine), deben saber que es un jóven brillante, que estudió en el exterior y se graduó en Economía. Luego se unió a los Marines y tuvo un accidente grave en un helicóptero que lo llevó a una dura rehabilitación.
Hasta ahí (y un poco más también), se respeta el background literario de Ryan. Después es reclutado por Thomas Harper (Kevin Costner) para trabajar en la CIA, encubierto y protegiendo a su país desde los números (cosa realmente importante en este mundo en que vivimos) con una posición en un grupo financiero de Wall Street.
Mientras hace seguimiento de movimientos sospechosos en esa área, Ryan se topará con una serie de cuentas clasificadas y compras de bonos americanos por parte de un poderoso grupo ruso que parecen encubrir algo grande.
La cabeza de dicho grupo es Viktor Cheverin (Branagh, por primera vez componiendo un papel de esta nacionalidad) y sus intenciones, bueno, ya se imaginarán. El nóvel espía (es su primera misión importante, se ve) viajará a Moscú y deberá obtener allí información para entender lo que sucede y sabotear el plan que busca derrumbar a la gran América.
Junto a él, estará su novia, la doctora Cathy Muller, en un discreto rol jugado por Keira Knightley, quien se suma a la misión accidentalmente (desconfía de su pareja y razones no le faltan!).
El film instala la acción en territorio enemigo (ruso, en esta oportunidad), y presenta una trama no demasiado compleja donde Ryan deberá obtener información, de la manera más discreta posible. Y digo esto, porque "Shadow Recruit", no es precisamente una película de acción.
Hay pocas secuencias trepidantes y si mucha intriga de espionaje, clásico. Cosa, que, a Pine, no lo favorece. El es un actor que se luce donde hay que poner el cuerpo y aquí, se lo ve acotado y obediente, lejos de su mejor forma. Costner hace lo suyo con solvencia y Branagh, luce un escalón más abajo que el resto, entregando un villano convencional.
La película se siente por momentos, como aquellos viejos clásicos de Bond allá por los setenta. Hay mucho diálogo y miradas cómplices que construyen la atmósfera donde se desarrolla el conflicto principal y un tempo particular, característico de este tipo de género, poco explotado en este tiempo.
Es importante recordar que para lo vertigionoso que se ha vuelto el cine de este tipo en Hollywood, "Jack Ryan" propone bajar un cambio. Está en el espectador redoblar la apuesta y seguirlo.
Y algo más. Desgracidamente, se pierde parte de la magia del personaje original, nuestro héroe (incluso en las versiones cinematográficas anteriores) siempre era el tipo más brillante del equipo, el analista estrella. El que poseía la visión más clara.
Eso, aquí, se subordina y amolda al prototipo más seductor y jóven de Pine, lo cual le hace perder encanto y convicción.
Los rubros técnicos son acertados, la banda de sonido acompaña y en general, este es un producto que se deja ver sin problemas. No esperen encontrar aquí rastros de "Bourne" ni la grandilocuencia visual de los últimos productos de 007, no. Digamos que "Jack Ryan" es más modesta y entregará una historia simple de espías en un mundo tecnificado.
Solo eso puede garantizar y tal vez sea suficiente para sostener un exitoso relanzamiento.