CODA: señales del corazón

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Ruby (Emilia Jones) es una joven de diecisiete años y única miembro con audición de una familia de sordos. Ella trabaja por la mañana, antes de ir a clase, con sus padres y su hermano en Gloucester, Massachusetts, tratando de mantener a flote su negocio pesquero. Cuando Ruby, que ama cantar, decide probar suerte en el coro de su instituto, se le presenta frente a sí un nuevo destino que la puede terminar alejando de su familia. Su profesor de canto (Eugenio Derbez) la anima a que se dedique a la música, pero Ruby no puede hacer compatible ambas partes de su vida.

Coda, un juego de palabras entre el sentido musical del término y el acrónimo de Hijo oyente de padres sordos (Child of Deaf adults), es una remake de un film francés del año 2014, pero con muchas diferencias, entre las cuales, aparece, por ejemplo, que los tres personajes sordos están interpretados por actores sordos en la vida real y con una extensa filmografía detrás: Marlee Matlin, Troy Kotsur, Daniel Durant. Independientemente de si es obligatorio ser sordo para interpretar a uno, la verdad es que la autenticidad y simpatía de los personajes es inobjetable. La película tiene genuinos momentos de humor vinculado con las diferencias entre el lenguaje hablado y el de señas.

Y por supuesto la película no escatima en momentos de emoción. Es una película para sentirse bien y para lagrimear sin culpa. El guión tiene todos los trucos que se pueden imaginar y todos funcionan sin problemas. Nada revolucionario o novedoso, pero siempre efectivo y lleno de humanidad, mérito también del gran elenco que la película tiene.