CODA: señales del corazón

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

No pasa seguido, por más que se vaya mucho al cine y el porcentaje de probabilidades crezca, que una película conmueva con buenas armas, sin golpes bajos y, además, sea muy buena.

CODA es una de ellas. ¿En qué radican sus bondades? Sus puntos a favor son que emociona sin apelar a los resortes más clásicos ni a clichés, aunque la familia Rossi tenga lo suyo.

Son un clan, ¿cómo decirlo? Bastante particular.

Y no porque mamá, papá y el hermano mayor de Ruby -la protagonista, interpretada por Emilia Jones, de Locke & Key, de Netflix- sean sordomudos. Frank y Jackie viven y disfrutan del sexo sin privarse de nada, así como discuten y pelean por cómo lograr el sustento.

De la nada, Frank puede soltar en lenguaje de señas un “¿Sabés por qué Dios hizo que los pedos huelan? Para que las personas sordas también puedan disfrutarlos".

Bueno, todo -o casi- es así en CODA.

La directora Sian Heder, que entre sus antecedentes cuenta haber sido guionista de Orange is the New Black, muestra, ingresa con la cámara en la intimidad del hogar y logra que todo lo que se observe parezca natural.

Sí, hasta el sistema de señas con que Ruby y los suyos se expresan.

No hay nada de manipulativo en CODA
CODA es el acrónimo en inglés por hijo de adultos sordos (child of deaf adults), y en el caso de Ruby el peso que siente esta adolescente es aún mayor porque, como decíamos, su hermano mayor también es sordo.

Así que Ruby es el nexo indispensable en la familia para comunicarse con el exterior, por ejemplo, para participar en una asamblea de pescadores -los Rossi se dedican a la pesca, pero ellos como otras familias pesqueras sienten que van para atrás: los intermediarios en los muelles de Gloucester los están exprimiendo.

Pero Ruby, que ayuda en al bote pesquero a su padre y a su hermano Leo, es bastante tímida afuera del hogar y del barco. Y si en el colegio se anota en el coro es porque allí lo hizo Miles (Ferdia Walsh-Peelo, el rey Alfred en Vikingos). A Ruby el canto no le interesa(ba).

Pero, y siempre hay un pero, Ruby tiene una gran voz, y el maestro que se presenta como Ber-narrrrrrrrrrrdo Villalobos (el comediante mexicano ya afincado en Hollywood Eugenio Derbez, que le pondrá la voz a Speedy González) descubrirá un talento desconocido en ella.

El conflicto, la piedra en el asunto es que si Ruby deseara abrirse camino como cantante -el profe de canto impulsa que con Miles hagan a dúo You’re All I Need to Get By en un concierto, y que se postule a una beca en el Berklee College of Music en Boston-, la chica dejaría “en banda” a la familia.

Es una historia de amor y de dependencia. Todos necesitamos afectos, cariño, sentirnos cuidados y respaldados. Pero pregúntenle a Ruby qué hacer, si largarse a lo que desea o quedarse en Massachussets y ayudar en la venta de la pesca.

Hay varios momentos en CODA que, por sorpresivos, o por agarrarnos con la guardia baja, nos pueden emocionar. Tienen que ver, casi siempre, con actitudes o hasta preguntas.

Jackie, que no se lleva de 10 con su hija, no entiende la atracción de Ruby con la música, y es capaz de encararla y preguntarle "Si yo fuera ciega, ¿te gustaría pintar?". Ruby no se queda atrás, y en un momento se anima a consultarle a su madre si deseaba que ella, Ruby, hubiera nacido sorda.

La naturalidad y la honestidad de los diálogos, que así como se los escucha son profundos y a la vez risueños, es lo que hacen de CODA una película disfrutable. Desde que vemos a Ruby, Frank y Leo en la embarcación, con el rock a todo lo que da -la única que se divierte, claro, es ella- hasta el momento en el que hay que tomar una decisión que involucre al futuro de todos.

Adaptación estadounidense de La familia Bélier (2014), de Eric Lartigau, en la película original en vez de pescadores eran granjeros, y el único actor que era verdaderamente sordo era Luca Gelberg, el hermano -menor en ese filme- de la protagonista. Aquí mamá, papá y el hermano lo son en la vida real.

Jackie es Marlee Matlin, ganadora del Oscar a la mejor actriz protagónica por Te amaré en silencio (1986), con William Hurt, lo mismo que Troy Kotsur (Frank ) y Daniel Durant (Leo).

A CODA la eligieron para abrir el Festival de Sundance este año, donde ganó el premio del público. Y no se sorprendan si el 8 de febrero la escuchan entre las nominaciones al Oscar.