Ciencias naturales

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

En el medio de la nada, porque justo ahí coloca su cámara Matías Lucchesi en su largo “Ciencias Naturales” (Argentina, 2014), es en donde se desarrollará esta entrañable historia de búsqueda de identidad.
Una niña llamada Lila (Paula Herzog) quiere desesperadamente encontrar a su padre, de quien sólo sabe que hace muchos años perteneció a una empresa que colocaba antenas en lugares inhóspitos y tuvo un breve “romance” con su madre.
Mientras pasa sus días en una escuela “internado” de montaña, allí deberá doblegarse ante los intentos de control de su maestra (Paola Barrientos) con quien se establecerá una relación de amor/odio instantánea.
Pero cuando Lila se da cuenta que en los retos y castigos que la maestra le pone, en realidad está la posibilidad de encontrar a una aliada para cumplir con su misión de saber quién es realmente su padre, y quizás así sentirse tenida en cuenta.
Porque si de algo habla “Ciencias Naturales”, además de la búsqueda de identidad, necesaria para poder completar la imagen de uno, es de la soledad, de cómo las personas terminan ayudándose a pesar de poner en riesgo sus integridades, espacios, trabajos y demás.
Sin un dato preciso, la maestra y Lila se embarcan en un viaje de un día en el que, obviamente, las complicaciones irán estrechando su vínculo, pero también determinarán la posibilidad de acercarse y relacionarse entre ellas desde otro lugar.
Lucchesi posa su cámara y deja que las actrices interactúen y se olviden del armado de las escenas, porque la naturalidad con la que se muestra cada uno de los diálogos, cada una de las interacciones es una reflexión sobre la complementariedad de sus vínculos.
La maestra necesita de Lila para poder creer en aquello que originalmente le dirigió su atención hacia la vocación de enseñar, y Lila necesita de la maestra para poder alcanzar la meta de conocer a su padre para completarse.
La dinámica entre ellas y con cada uno de los personajes que se irán sumando a su periplo, que en principio iba a ser por un día pero que se va estirando cada vez más, irán construyendo un relato cercano y vívido sobre cómo los obstáculos se pueden superar a fuerza de obstinación y de afecto.
El clima no las ayuda, la naturaleza, hostil, quiere que se mantengan alejadas de sus objetivos, pero a fuerza de empeño el padre se muestra cada vez más cercano.
Y ya quizás tampoco importará mucho, a pesar que sea necesario para terminar el círculo iniciado con la búsqueda del padre, la superación del ambiente inhóspito, hostil y arriesgado en el que viven, y muchos de los prejuicios con los que la maestra será juzgada por la decisión de acompañar a Lila, “la nena va a la escuela para que le enseñen, y no para que le confundan la cabeza”.
Lucchesi arma sus personajes con una precisión y un detalle que permite el lucimiento de Barrientos en un registro completamente diferente al que nos tiene acostumbrado, pero que también habla de su lucidez para poder armar una historia única en la que predomina la emoción y los sentimientos como principal recurso dramático.