Chloe

Crítica de Emiliano Fernández - CineFreaks

Atom Egoyan vuelve a entregar exactamente lo que se espera de él, ahora para colmo a años luz de las disertaciones con tufillo arty de Exótica (Exotica, 1994) y El dulce porvenir (The Sweet Hereafter, 1997): la primera mitad de Chloe (2009) se inclina al “melodrama sexy” para luego girar con desgano hacia un thriller demasiado inocuo. Más allá de las buenas actuaciones de Liam Neeson y Julianne Moore, aquí la que se roba el show es Amanda “ojos saltones” Seyfried componiendo a la prostituta del título. Las fantasías y el adulterio en general de los burgueses resultan muy rebuscados, pautados hasta el más mínimo detalle; los lúmpenes en cambio materializan todo delante del cónyuge y listo (así los hijos se van apilando en el fondo del hogar). Lo curioso del caso es que el film termina siendo tan anodino como el original francés Nathalie X (Nathalie…, 2003), en esta ocasión exacerbando una trama que una vez más combina los trayectos narrativos del porno soft con los típicas escenas de destape sesentoso y las “grandes sentencias” sobre la familia...