Cartas a Julieta

Crítica de Natalia Trzenko - La Nación

Dulce romance a la italiana

Con ternura y coherencia dramática, este film consigue sus objetivos

No hay escena (en realidad, no hay siquiera un cuadro) en Cartas a Julieta que no tenga algún elemento romántico. De principio a fin, este film, dirigido por Gary Winick ( Guerra de novias ), se esmera por pintar su historia de color rosa. Si bien puede que el objetivo sea poco ambicioso para algunos, uno de los méritos de la película es que lo sostiene a rajatabla, demostrando una coherencia y honestidad con el material con el que cuenta que no muchos films consiguen.

Todo comienza en Manhattan, cuando Sophie, una aspirante a periodista que se dedica a chequear los datos de las notas escritas por otros, tiene que encontrar a una de las personas que aparecen en la famosa -y romántica- foto tomada en Times Square de un marinero y una mujer besándose en el final de la Segunda Guerra Mundial. En pocos minutos, el guión establece los deseos profesionales de la chica y la manera en que su carácter dulce le impide tanto explicitarlos frente a su jefe -el siempre efectivo Oliver Platt- como cuestionar las verdaderas razones de su novio Víctor para emprender el viaje a Italia que están a punto de comenzar.

Tan tierna e ingenua parece Sophie -interpretada por Amanda Seyfried con solvencia y unos enormes ojos siempre al borde de las lágrimas- que podría ser demasiado empalagosa, un derrotero del que la película se salva gracias al humor.

Aunque no hay demasiadas sorpresas en el guión -no las necesita-, sí sorprende que el despistado novio que interpreta Gael García Bernal resulte lo más gracioso del film. Sin ridiculizarlo pero llevando al límite el carácter latino e hiperkinético del personaje, Bernal consigue hacerlo gracioso sin perder cierto aire de galán que el papel necesita.

Claro que desde un principio es evidente que la historia de amor, el corazón que hace latir a Cartas a Julieta , no es el de Sophie sino el de Claire, una estudiante inglesa de intercambio en Italia que cincuenta años atrás le escribió una carta a la Julieta de Shakespeare para pedirle consejos amorosos.

Cuando Sophie llega a Verona descubre no sólo la supuesta casa del personaje sino la costumbre de las misivas románticas y se sumará a las mujeres que se ocupan de contestarlas. Así conocerá a Claire, que medio siglo después está decidida a recuperar a su amor perdido. Para interpretar a la romántica en la madurez aparece Vanessa Redgrave, que transmite, sin aparente esfuerzo, cada sensación y sentimiento que atraviesa a su personaje. Y las emociones serán muchas cuando emprenda, junto a Sophie y a su nieto Charlie (Christopher Egan), la búsqueda del amor de su vida.

La extremadamente fotogénica Toscana italiana servirá como telón de fondo de este relato encantador que, inspirado en la trágica historia de los amantes de Verona, propone una visión del mundo igual de romántica, pero de desenlace más sencillo y mucho más feliz.