Capitán América y el soldado del invierno

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

Apoyándose en la exitosa potencia que recientemente Marvel ha logrado en la pantalla grande, y permitiendo el crossover entre las franquicias, “Capitán América y el Soldado del Invierno” (USA, 2014) se erige como una película de entretenimiento total que toma lo mejor de diferentes géneros y sale victoriosa.
Nuevamente la historia de Steve Rogers (Chris Evans), el aspirante a soldado que fue intervenido biológicamente para convertirse en héroe y que luego de años de estar congelado despierta en un mundo totalmente diferente, atrapa y virará hacia la teoría de la conspiración cuando la sombra de la duda caiga sobre S.H.I.E.L.D y deberá enfrentarse a un nuevo villano poderoso.
Acompañado por Black Widow (impecable Scarlett Johansson), Falcon (Anthony Mackye) y Marie (Cobie Smulders) en un juego de intrigas y dudas (en el que nadie se fía del otro), tratará de encontrar y recuperar el honor de la organización a la que se integró para luchar contra el mal y ver qué quiere para su futuro.
Curiosa parábola de nuestros tiempos, en esta película la desconfianza por las instituciones se refleja desde el primer minuto de la cinta. En un momento en el que los cuestionamientos sobre la entidad y entereza de ancestrales estructuras jerárquicas, qué más difícil para los héroes de esta cinta que luchar contra sus propios compañeros.
“Creía que había hecho lo correcto, pero ahora ya ni sé” dice Black Widow y suma Steve Roger “Desde que tengo memoria siempre quise hacer lo correcto, ahora ya ni sé qué es eso”, cuando todo comienza a complicarse y ambos son perseguidos, imponiendo una lógica que imperará en todo el filme tras la persecución y la búsqueda de una solución o Deus ex machina que nunca llega.
Con Nick Fury (Samuel Jackson) de baja, el secretario Pierce (Robert Redford, interpretando uno de los pocos malvados de su carrera) tratará de llevar adelante desde S.H.I.E.L.D. un siniestro plan para recuperar la genealogía impartida por Arnim Zola (Toby Jones).
Según ésta se puede rastrear el pasado de las personas para predecir su futuro y con esta simple ecuación o algoritmo (conocido como el algoritmo de Zora) los targets humanos que H.Y.D.R.A ahora manejando S.H.I.E.L.D. querrá eliminar sin dejar rastro, deberán ser “protegidos” por el Capitán y sus aliados.
Los hermanos Anthony y Joe Russo en medio de toda la teoría conspirativa, un tanto rebuscada por cierto, logran imponer con una edición vertiginosa, principalmente en las increíbles escenas de persecución automovilística (una de ellas muy similar a la de Matrix Reloaded) y en las estilizadas y coreografiadas peleas “mano a mano” entre EL villano a derrotar del filme “el soldado del invierno” (Sebastian Stan), una hiperpoderosa y misteriosa máquina de la muerte, con un pasado muy cercano al del Capitán América.
Los 137 minutos de duración, que en otra historia pueden parecer hasta arriesgados, pueden jugarle en contra para atraer al público más infantil a los cines, pero son necesarios para ir develando los giros detrás de una trama que se complejiza paso a paso y que en ningún momento decae y que introduce el punchline para cerrar muchas de sus escenas.
Gran apuesta narrativa, el filme cumple con todas las premisas que uno busca a la hora de enfrentarse a este género, entretener y sorprender.