Capitán América y el soldado del invierno

Crítica de Matías Orta - A Sala Llena

Y Marvel Films no para. Por suerte. Ya de lleno en la “fase 2” de las andanzas de Los Vengadores, ahora le toca nuevamente a Steve Roger, el Capi (Chris Evans), volver al ruedo en solitario. O no tanto, porque esta vez lo acompaña la avenger más hermosa y letal: Viuda Negra (Scarlett Johansson). Ambos descubrirán que S.H.I.E.L.D. incurre en extraños y peligrosos manejos. Nick Fury (Samuel L. Jackson) revela que hay un programa ambicioso para detener a los criminales del mundo antes de que cometan atrocidades, y con sólo disparar unos pocos misiles... Un concepto desaprobado por Steve y sus colegas, pero no por los infiltrados en la organización, quienes comenzarán a perseguir y atacar a nuestros héroes. ¿Tendrá algo que ver Alexander Pierce (Robert Redford), el alto mando de S.H.I.E.L.D.? Para peor, los malos de turno tienen un as en la manga: el Soldado del Invierno (Sebastian Stan), un mercenario cuya aura de misterio sólo es superada por su eficacia para exterminar a sus oponentes.

A diferencia de Capitán América: El Primer Vengador, que transcurría durante la Segunda Guerra Mundial y funcionaba como uno de los seriales que hacían furor en aquellos tiempos, esta secuela es un moderno y vibrante thriller político con secuencias de acción. La estructura remite a los mejores exponentes de ese subgénero, con auge en los ’70, como Los Tres Días del Cóndor, protagonizada -no por cualidad- por Redford. Esas películas cuestionaban el mundo que nos rodea, principalmente a quienes supuestamente deberían servir y proteger. Pero la película no se queda en un producto serio, ya que los directores Anthony y Joe Russo (responsables de la serie Community) saben insertar humor y hasta momentos dramáticos e introspectivos: pese a su carácter de luchador contra el mal, Steve aún debe encontrarle la vuelta al siglo XXI y empezar de cero en cuanto a relaciones de amistad y sentimentales.