Cantinflas

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Supongo que porque tengo muchos abriles encima, crecí viendo películas de Cantinflas. Mis padres lo amaban y cuando hace unos días tuve la oportunidad de ver esta biopic, debo confesar que no defraudó mis expectativas: Mario Moreno Reyes está fantásticamente recreado por Óscar Jaenada (una gran revelación) y quienes quieran una perspectiva sobre su historia, tendrán mucho que descubrir aquí.
Tan importante es Cantinflas que el público en su país de origen la consagró como el segundo mejor estreno mexicano de la historia, por detrás de otro film que conocimos este año, “No se aceptan devoluciones” de Eugenio Derbes. El apoyo popular a esta reconstrucción de la vida del enorme comediante, está ampliamente justificado: Sebastián del Amo rescata momentos importantes para el artista, en función de lo que sucede en su país a cada paso del camino.
Porque Cantiflas es México. Sus películas están unidas al sentimiento nacional y esto se refleja en esta superproducción donde ningún detalle parece haber quedado al azar. La propuesta parte de instalarse en un determinado momento de su carrera (digamos que hacia 1955) y desde ahí, mostrar a través de raccontos particulares, como se fue armando el destino profesional de la estrella.
Para quienes no conozcan los sinsabores de la vida personal de Moreno, hay que decir que encontrarán aquí mucho material para entender su personalidad y los escenarios que tuvo que atravesar como hombre y artista.
“Cantinflas” ofrece una destacada reconstrucción de época, composición fotográfica de nivel y una cuidada manera para traer eventos importantes al relato, haciendo la narración dinámica y entretenida, siempre sorprendiendo al espectador. Del Amo ofrece un justo homenaje al mexicano de oro y es una gran alegría que el público latinoamericano pueda acercarse a conocer más sobre este genial comediante. Muy buena.