Canal 54

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

En 2014, Lucas Larriera estrena su ópera prima, “Alunizar”, presentando ciertas dudas que surgen desde la transición televisiva del alunizaje de Neil Armstrong en 1969, cuando el hombre llega a la Luna por primera vez. Heredero directo de aquel proyecto, su reciente trabajo “Canal 54” nos trae la historia verídica y poco difundida, acerca de un radioaficionado que capta una transmisión clandestina de la llegada del hombre a la Luna. Un registro distinto al oficial. ¿Cómo puede ser posible? Material de archivo dudoso…¿mayor mentira y puesta en escena cinematográfica? ¿Logro mediático y exploración científica para la carrera espacial por la que pugnaban dos naciones? La investigación llevada a cabo por el realizador propone hipótesis y teorías. Existe encanto en el misterio sin descifrar. ¿Que son esas imágenes? ¿Se trata de ensayos de alunizaje? Se acumulan las preguntas sin poder encontrar fidedigna explicación. Una posible transmisión paralela que desnuda toda una serie de suspicacias y conspiraciones. La realidad se sorprende a sí misma porque todo lado B de la historia solo es posible cotejando cierta silueta difusa a su alrededor. De mitos y leyendas se alimenta el ser humano. Larriera nos interroga acerca de un logro trascendental: ¿cuál es la porción que verdaderamente conocemos sobre este acontecimiento clave del siglo XX? Paso gigantesco de la humanidad o cortina de humo monumental, la opinión se divide radicalmente. Puede tratarse de una hazaña épica o puede la falta de información que sustente la autenticidad de los hechos sugerir suficientes pistas al respecto…puede la manía de un individuo recibir la señal que revele la verdad. Cabe aclarar que no ofrece Lucas Larriera un falso documental. No es su pretensión mentir ni hacer de la mentira su forma. Respuestas absurdas y disparatadas conforman el tono de un abordaje que no pretende clausurar su punto de vista. Una decisión inteligente. También de desacralizar el canon acerca del relato conclusivo y despojado de dobleces se trata. Al menos es la intención de tan peculiar proceso.