Brick Mansions

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

De policías infiltrados y ladrones/narcotraficantes de medio pelo, en medio de una guerra campal, en un abandonado complejo habitacional, habla el filme “Brick Mansions” (Canadá/Francia, 2014), de Camille Dellamarre, remake del filme francés “Distrito 13” y que con mismo protagonista (David Belle) más Paul Walker arriba a los cines.
La adaptación del guion corrió por cuenta de Luc Besson, un hábil hacedor de vertiginosas historias en medio de tramas policiales, y que en esta oportunidad se enfocó en los claroscuros que entre los bandos participantes siempre pueden entreverse, es decir, si bien hay un policía honesto, adiestrado, apasionado por su tarea, llamado Damien (Walker), en su personalidad la trampa como accionar para sacar provecho de algunas situaciones, también estará presente, de hecho, por algo se encuentra infiltrado en una organización mafiosa que trabaja dentro del derruido complejo estatal BrickMansions.
En la vereda de enfrente estarán Lino (Belle) y Tremaine (RzA), uno más poderoso que el otro, pero que en el fondo sienten la necesidad de hacer algo por el lugar en el que viven, un abandonado fuerte en el que todas las promesas de lujo, confort y progreso se desvanecieron con el cierre de las cuentas gubernamentales que apoyaban el proyecto.
El control de la violencia y la buena vida que prometía BrickMansions fue cambiado por inseguridad, miedo, delincuencia y marginalidad. Así y todo, algunos tienen proyectos, como Lino, que quiere erradicar el consumo de drogas duras, intentando crear una estructura que elimine por completo ese flagelo de la zona y el dominio de Tremaine de la actividad.
Pero si para alguien desde dentro del lugar, como Lino, es difícil, peor se las verá Damien, cuando intente cumplir una indicación de sus superiores (desactivar una bomba) y que si bien se aliará con Lino para lograrlo, el objetivo final del policía rubio y de ojos claros (atención al trabajo sobre la otredad en la película) será uno muy personal, vengar la muerte de su padre en manos de Tremaine.
Dellamarre narra con ampulosidad la simple trama enfocándose en dotar a las escenas de peleas, más allá de una coreografía específica, de grandiosidad a través de ralentíes y aceleramientos. Además de rápidos movimientos con los que refleja algunas acciones y que provocan un cinetismo que sólo afirma el espectáculo visual que Belle nos regala.
Experto en Parkour, el actor posee una agilidad y adiestramiento que hacen que cada una de las situaciones en las que muestra su habilidad sea un espectáculo visual.
Obviamente como toda película de acción habrá buenos buenos y malos malos, pero el trío protagonista escapará a esta clasificación, excepto los secuaces de Tremaine, que responderán a estereotipos bien marcados del género, y que claramente en su reconocimiento estará la entretención.
Película de momentos visuales impactantes, más allá de la linealidad y lo básico de la trama, hacen de “Brick Mansions” un espectáculo que logrará mantener en vilo a aquellos que busquen un discurso claro y efectista. Si la idea es pasar un momento trepidante y vertiginoso, esta es la película.