Blue Velvet Revisited

Crítica de Gustavo Castagna - Subjetiva

Blue Velvet Revisited, de Peter Braatz
Por Gustavo Castagna

En un año lyncheano debido al retorno de Twin Peaks, su presentación en Cannes y todo aquello que rodea al nombre de su creador, no sorprende que se estrene un segundo documental sobre su obra. Primero fue David Lynch: The Art Life y ahora Blue Velvet Revisited que alude a aquel Terciopelo azul de hace tres décadas y algo más. Los fanáticos, por lo tanto, a pleno goce.

La serie, continuación de los picos gemelos de inicios de los 90, ya está incorporada en el listado de las imágenes más recordables de este año aun cuando recién se conoce la mitad de su nueva historia.

Los documentales, en tanto, conforman cada uno a su manera una feliz disección de un genio inasible y complejo de explicar en pocas palabras.

Como se habrá percibido, estoy entre los fanáticos (estilo barra brava) de las imágenes de Lynch. Pero no solo de los últimos años sino de siempre, desde aquel lejanísimo estreno de El hombre elefante y luego de Terciopelo azul y Corazón salvaje, ya a comienzos de los 90. Sí, efectivamente, Duna es (casi) iindefendible, pero… dejémoslo ahí.

La cuestión es que más allá de fervores y defensas con los tapones de punta, Blue Velvet Revisited, dirigido por el alemán Peter Braatz, no es un trabajo convencional. No hay relatos a cámara (salvo, ocasionalmente alguno del director), no se recurre a la voz en off ni tampoco a las imágenes del film para el deleite del fan. Al contrario. Daría la impresión que la cámara de Braatz, y luego por medio de una acabada y estupenda posproducción, actúa como guía de viaje por la mente de un genio, en ese momento, con una década y media de trayectoria sumando cortos y largos.

Con su súper 8 y sus cámaras de fotos, Braatz recorre los días de rodaje de una forma muy original. Juega y manipula los materiales, invade la privacidad del director y su mundo onírico, construye escenas surreales al recurrir a diálogos del film junto a fotos fijas de escenas y secuencias, mezcla con acierto las opiniones de Lynch con las voces en off de Hopper, Dern, Rossellini y MacLachlan y destruye cualquier asomo de un backstage simplón o de un making off rutinario. Ocurre que, de manera impensada, Braatz concibe una más que feliz aproximación al universo del director: se mimetiza y compromete con su mundo, lo interroga, trata de entenderlo, hasta lo desnuda y expone. Por momentos, Blue Velvet Revisited parece un documental sobre Lynch realizado por el propio director.

La historia siguió y sigue hasta hoy. Twin Peaks está en Netflix. Lynch tiene más de 70 años y Braatz 58.

Entonces, ¿suena un tanto descabellado imaginar un documental sobre Lynch hoy y su Twin Peaks 2017 concebido por el responsable de Blue Velvet Revisited?

BLUE VELVET REVISITED
Blue Velvet Revisited. Estados Unidos/Alemania, 2016. Dirección, guión, edición y fotografía: Peter Braatz. Música: John Foxx y Erik Stein. Con David Lynch. Voces y testimonios: Laura Dern, Kyle MacLachlan, Brad Dourif, Isabella Rossellini y Dennis Hopper. Duración: 86 minutos.