Blue Velvet Revisited

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

Tres décadas después salieron a la luz estas imágenes sobre el rodaje de Terciopelo azul que exceden el mero marco de un "detrás de escena" para constituirse en un valioso registro de época y una meditación sobre el arte de David Lynch.

Pocos directores consiguieron un estatus de culto entre cierto sector de la cinefilia como David Lynch. Y, tras un ya largo alejamiento del cine (su último largometraje, Imperio, es de 2006), se dedicó a filmar muchos cortos o videoclips y a cultivar su carrera pictórica hasta el regreso triunfal con la nueva Twin Peaks.

Pero, más allá de su mayor o menor exposición, la figura del director de Corazón salvaje sigue generando interés. Así, tras el sorpresivo éxito en abril último de David Lynch: The Art Life en el BAMA, ahora se estrena en esa misma sala y en el MALBA este curioso y por momentos fascinante documental sobre (y a partir de) otro de los grandes largometrajes lyncheanos: Terciopelo azul.

El alemán Peter Braatz tenía apenas 26 años cuando le propuso a un por entonces también joven Lynch (no había llegado a los 40) cubrir el rodaje de Terciopelo azul en Wilmington, Estados Unidos. Tras recibir la carta, el director contestó “me interesa” y así fue como Braatz visitó toda la filmación con sus cámaras (de Súper 8 y de fotos) registrando los pormenores de ese ya clásico melodrama noir / experimental. También aparecen desde el propio Lynch hasta Isabella Rossellini y Dennis Hopper hablando sobre el film en aquel momento.

Pero si hasta aquí todo pareciera estar en el orden del making of que podría engrosar una edición especial en DVD / Blu-ray, Braatz le agrega al abundante material original de 60 rollos (uno por cada día de rodaje), una narración, un despliegue visual, sonoro y sobre todo musical que intenta (y por momentos consigue) conectar con el univero lyncheano, ese mundo onírico, surreal, fantástico, deforme, exagerado y seductor.

Además de Hopper y Rossellini, deambulan por el set Kyle MacLachlan, Laura Dern, Jack Nance y un siempre obsesivo y minucioso Lynch, quien hace tres décadas ya tenía muy en claras sus búsquedas e intereses. Así, más que un detrás de escena (que igual sería muy valioso por tratarse del rodaje de un film de la trascendencia e influencia de Terciopelo azul), Blue Velvet Revisited es una aproximación tan cinéfila como poética a los inicios (su ópera prima Eraserhead es de 1977) de un artista (no solo director) revolucionario al que hoy seguimos reverenciando con cada nuevo episodio de Twin Peaks que los lunes esperamos con avidez en Netflix.