Bloodshot

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Gracias a los superhéroes, podemos decir que definitivamente el cine entró en la era de las superescenas. No en los superrelatos, no en los superpersonajes: solo en las superescenas. Estamos ante un cine que no es barroco –el barroco cuestiona sus propios modos, siendo simplistas– sino rococó, donde todo lo que queda es ornamento. No necesariamente una película realizada bajo ese criterio es “mala”. El problema no es si la pasamos bien o mal sino si tiene sentido verla o no. Podemos pensar, también, que tiene más sentido comer que ir al cine, pero por alguna razón necesitamos del arte. “Bloodshot” es una película rococó en el sentido más lato del término. Adapta un cómic que tiene solo veinte años y que ya reciclaba una tradición de ochenta; utiliza elementos de otras películas (hay un soldado muerto, revivido como máquina con superpoderes que recuerda mucho a “Wolverine” y es usado para matar con una manipulación que viene directamente de “Memento”) y la dirige un experto en efectos especiales y videojuegos, utilizando el criterio de que cada secuencia sea lo más espectacular posible, no importa cuán inhumana parezca. Está bien, Vin Diesel es simpático, el tema básico es el leit motiv del nuevo siglo (el estatuto de la realidad) y hay tiros y patadas a lo bestia. Al terminar, podemos preguntarnos si no vimos este collage antes. La respuesta es sí, aunque la pregunta ya no tiene sentido.