Blancanieves y el cazador

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

La princesa guerrera y la reina sangrienta

Una Blancanieves interpretada por la ex Crepúsculo Kristen Stewart, una bruja, Charlize Theron, intensa y dramáticas y los siete enanitos en una revisión del clásico cuento que está vez no tiene mucho de infantil.

Nuevamente el cuento de hadas de Blancanieves llega al cine. Esta vez adaptando un libro que nos muestra otra Blancanieves, enfocada definitivamente hacia un público adolescente y adulto. Espectacular, original en muchos aspectos, impactante en otros, esta película toma decisiones arriesgadas y consigue alcanzar muchas de sus metas. Al mismo tiempo hay que decir que todo el relato está marcado por una tensión entre las grandes ambiciones de la historia, y las concesiones que hace para no pasarse del todo al lado oscuro del relato. Para empezar hay que decir que la malvada reina, interpretada de forma excepcional por Charlize Theron, es un personaje complejo, intenso y dramático a punto tal que merecía una película para ella sola. Y me pregunto por qué no lo hicieron, ya que hubieran logrado algo verdaderamente interesante. Lastimada por su pasado, enojada con los hombres y temerosa de la vejez, la reina ha enloquecido y es mucho más que una villana, es la conciencia de que el mundo es cruel con las mujeres, en todo sentido. Hasta una relación casi incestuosa con su hermano tiene esta reina, asesina del padre de Blancanieves y esclava y dueña del famoso espejo mágico. ¿Cómo logra Blancanieves meterse en la historia? Con ayuda del guión y del director, sin duda, porque la sacan a la reina del medio y se meten al bosque negro con la joven, donde conocerá a los enanos que serán sus guardianes y sus leales guerreros. Una nota interesante: los enanos están interpretados por famosos actores británicos (Bob Hoskins, Nick Frost, Eddie Marsan, Ray Winstone, Ian McShane…) que efectos especiales mediante, pasan por enanos. Tal vez suene políticamente incorrecto, pero el resultado es asombrosamente efectivo. Pero llegamos a Blancanieves, que al estar interpretada por Kristen Stewart esto nos lleva a pensar directamente en Crepúsculo. Pero no es sólo eso. Mientras que hay un fuerte contenido sexual en la reina, en Blancanieves el sexo se reduce a nada, excepto a dos besos. Y como en la famosa saga protagonizada por Stewart, son dos los candidatos que giran alrededor de ella. Por un lado William, su amigo de la infancia, y por el otro lado el cazador viudo interpretado por Chris Hemsworth, quien al estar en el título el espectador ya va predispuesto a que tenga más chances. No es lo mejor de la película. Con apuestas fuertes pero con debilidades de mercado, esta Blancanieves no apta para niños es un espectáculo que vale realmente la pena, aun cuando no profundice tanto como quisiéramos.