Blancanieves y el cazador

Crítica de Natalia Trzenko - La Nación

Una versión del cuento de hadas llena de acción

Nuestar los cuentos de hadas clásicos para transformar lo conocido, visto y repetido en otra cosa está de moda en Hollywood. Si los cómics aportan una fuente de material rico para construir películas dirigidas a un público mayoritariamente adolescente y masculino, la adaptación de cuentos de hadas popularizados y eternizados por Disney parece ser un guiño para el público femenino. Ese al que con darle un título, Blancanieves y el cazador, ya sabe de qué va la cuestión y sólo le queda acercarse al cine para ver en qué cambió la historia que ya conoce. No mucho. Blancanieves sigue siendo la niña más linda y buena del reino, huérfana de madre primero y muy pronto de padre también, cortesía de su madrastra, Ravenna, una belleza tan impresionante como malvada. Claro que interpretada con apropiada grandilocuencia por Charlize Theron esta villana tiene razones para utilizar la magia más oscura en pos de permanecer siempre hermosa.

Abusada justamente por su aspecto físico y luego descartada, la atormentada Ravenna está decidida a mantenerse siempre joven y hermosa para sostener su poder. Y la única que puede arrebatárselo es la princesa que tiene encerrada en la torre. Un personaje al que Kristen Stewart le aporta una intensidad que la película derrocha por todos los costados. De hecho, en su intento de transformar el cuento de hadas en una fantasía de acción, más cerca de El señor de los anillos que de los dibujos de Disney, el film no consigue despegar. Con un diseño de producción, vestuario y efectos especiales impactantes, el desarrollo insinúa maravillas que no se concretan. Y por cada innovación, el relato visita los puntos más conocidos de la historia: allí está el espejito, espejito que revela quién es la más bella del reino aunque ahora se parezca más a un oráculo con forma humana que a un reflejo, la manzana envenenada, los siete enanos, el príncipe y el cazador. O el primer arrepentido del mundo de los cuentos de hadas que aquí es un veterano de guerra, borracho y traumatizado que hará de guía y general del ejército de Blancanieves. El papel con tanto despliegue físico como emocional es interpretado por Chris Hemsworth, un actor con más recursos de los que su trabajo como Thor había insinuado, a tal punto que logra robarles protagonismo a las eficaces Stewart y Theron.