Bel Ami, historia de un seductor

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

La seducción: el arma más poderosa

Protagonizada por Robert Pattinson, la película basada en un libro de Guy de Maupassant cuenta la historia de un ex soldado que llega de Argelia a París y consigue, sin dinero, abrirse paso en una ciudad efervescente.

Bel Ami es una nueva versión del libro de Guy de Maupassant, llevada muchas veces a la pantalla en la historia del cine y la televisión. El rostro más reconocido que interpretó a George Duroy, a quien las mujeres llaman Bel Ami, fue el actor de George Sanders. Habrá que ver si Robert Pattinson, estrella de la saga de Crepúsculo logra imponerse como el Bel Ami más famoso, aunque si de los méritos de la película dependiera, ya podríamos decir que no tiene esperanza alguna. En París, en 1890, un ex soldado que viene de Argelia, y no tiene nada de dinero, consigue abrirse paso en una ciudad efervescente mediante su arma más poderosa: la seducción.
"Las personas más poderosas de París no son los hombres, son sus esposas", le confiesa una mujer, y George descubrirá que podrá conseguir un vertiginoso ascenso si sabe jugar bien sus cartas con ellas. Pero la seducción que Bel Ami deberá emplear para llegar a su propósito, no encuentra un equivalente en la forma en que la película está contada. A pesar de que hay mucho material interesante, la falta de originalidad de todo el relato y la puesta en escena de los directores, la convierte en una película sin gracia, completamente desangelada. No es absurda la elección de Pattinson, famoso por haber interpretado a un vampiro, para este papel.
Es, Bel Ami, a su manera, un personaje vampírico, un seductor. No discutiremos su fama como ídolo adolescente, pero si hablamos de una película carente de todo carisma, Pattinson es el equivalente actoral en lo que a falta de gracia se refiere. Bel Ami se va oscureciendo y el control inicial que el personaje podía llegar a ejercer, encuentra nuevas barreras a superar, y la historia aristas más dramáticas.
Es asombroso como la elección de un protagonista termina de hundir a un proyecto, o directamente le impide remontar vuelto. No es que Pattinson no pueda actuar, sino que simplemente este no era un papel para él. Ni actrices como Uma Thurman, Christina Ricci y Kristin Scott Thomas logran escaparse de esta rutina. Casualidad o no, vino a mi mente varias veces la película Relaciones peligrosas (donde Uma Thurman tenía una papel, casualmente) y su actor protagónico, John Malkovich. Aquel no era un galán, pero su capacidad de seducción y la forma en que el director lo filmaba, conseguían darle gracia. En Bel Ami ocurre exactamente lo contrario.