Bajo cero: milagro en la montaña

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Las historias de tragedia y supervivencia en la nieve vienen ganando terreno en los últimos años, seguramente porque sus increíbles escenarios las convierten en opciones atractivas a priori para cualquier espectador. En esta oportunidad nos llega entonces "Bajo Cero: milagro en la montaña", dirigida por Scott Waugh (muy prestigioso por su trabajo como coordinador de stunts), a quien conociéramos por "Act of valor" y "Need For Speed" y con el protagónico de Josh Hartnett, un actor que intenta volver a los primeros planos de la industria.
El film cuenta la historia de un ex jugador profesional de hockey, Eric LeMarque (Hartnett), quien se encuentra en un momento de quiebre en su vida: ha sido expulsado del equipo del que forma parte, su relación con su madre es muy mala (a pesar de que ella es una dulce, Mira Sorvino siempre lo es de hecho) y tiene una potente adicción a las drogas y a la adrenalina, dado que necesita ir siempre al límite de cada evento en su vida.
Luego de rencillas familiares y laborales, LeMarque se instala en una cabaña en una zona de práctica de ski y snowboard, para poder practicar, este último, su deporte favorito.
Cierto día, luego de la habitual rutina de descenso, decide tomar otro camino, y no bajar por el tradicional, en momentos en que se aproxima una tormenta y el complejo base comienza a cerrarse por falta de visibilidad. Lo que sucederá en la historia, es... previsible.
LeMarque quedará aislado, lastimado e incomunicado e intentará sobrevivir, a pesar de lo desfavorable del escenario en el que se mueve. Como espectadores, y siendo que el protagonismo de Hartnett es absoluto, sólo podremos conocer más de su perfil a través de una serie de flashbacks donde se muestran los problemas de este jugador de hockey con su padre.
Su historia familiar lo ha marcado y en cierta manera, esa impronta cobra nueva luz en la difícil circunstancia que debe atravesar. LeMarque luchará por sobrevivir, frente al clima, los lobos, la soledad y sus heridas, por el tiempo necesario para que el equipo de rescate se haga presente.
El problema mayor de esta realización es el hecho de que presenta, a priori, una historia resuelta desde el título. Además, hay que acordar que Hartnett es un intérprete limitado que no logra la altura dramática para sostener tanto su presencia enfrente de la cámara. En los instantes en que juega sus escenas con Sorvino, se percibe algo de realismo, pero una vez que LeMarque sale de su círculo de protección y vuelve a quedar solo, percibimos que no alcanza su intensidad para avanzar con decisión en la historia.
La realización técnica es correcta y la estructura del film se asemeja más a un documental, o un programa televisivo, que a una realización cinematográfica. "Bajo Cero: milagro en la montaña" es una cinta que busca impactar a través de sus escenarios, presentando un caso real como soporte de un relato lineal sin demasiada sorpresa. Si lo tuyo es la búsqueda de historias inspiradoras, tal vez pueda tener una oportunidad en tu decisión.