Aviones 2: Equipo de rescate

Crítica de Javier Porta Fouz - La Nación

Efectiva y simpática, pero no mucho más

Una secuela de una película que podía considerarse un derivado de Cars (así se promocionaba). Y las dos Cars, por más fanatismo y venta de juguetes que hayan generado, nunca han estado están entre lo mejor de Pixar (Aviones no es de Pixar, pero tiene producción de John Lasseter). En fin, que las expectativas ante un producto como Aviones 2: Equipo de rescate no son las mismas que ante cada nueva película de Pixar o de las más grandes de Disney.

Además algunos tenemos que hacer el esfuerzo creer -como espectadores- en esos aviones, coches y máquinas diversas que son los personajes de estos universos: no hay "personas" aquí; hay vida en las máquinas, en los aviones y en los autos que hablan, tienen ojos (incluso anteojos), se enamoran, aprenden, etcétera.

Dusty, el avión protagonista de la primera película, tiene ahora un problema mecánico, y además existe necesidad de tener un "bombero" más en la pista, así que el héroe irá a aprender a ser avión hidrante a otro lado, a un lugar turístico en verano, en la temporada en la que hay muchos incendios forestales. Por supuesto, aparecerán nuevos personajes (la avioncita enamorada, el helicóptero severo e íntegro, otro que filosofa extrañamente, otros pequeños y graciosos, etc). Así, claro, habrá nuevos juguetes para vender.

Aviones 2: Equipo de rescate es, más que una película, un buen estándar industrial: personajes simpáticos, chistes efectivos y abundantes, espectacularidad de la animación, musicalización fuerte, valores de amistad y solidaridad, movimiento, brevedad cuando tiene que haberla, decisiones de producción antes que de dirección.

Con esos elementos, de todos modos, se demuestra que puede hacerse una película que está a buena distancia de animaciones bochincheras y descalabradas como Río 2. A veces no se necesita una gran personalidad artística sino apenas un poco de decoro para vender una franquicia -o una subfranquicia-con módicas dosis de amabilidad, humor y aventura, y lindos colores. Y con una potente secuencia musicalizada con "Thunderstruck", de AC/DC, canción cuyos derechos no deben haber sido baratos.