Atrapada

Crítica de Javier Porta Fouz - HiperCrítico

Dos decepciones dos

La expectativa por el primer largometraje que John Carpenter hace desde 2001 era enorme. Y si bien Atrapada es una película bien narrada y hay temas habituales del director como el grupo en peligro en un lugar delimitado o la heroína fuerte, o detalles de estilo como esos hermosos travellings hacia atrás por pasillos, Atrapada parece hecha por un mero imitador de Carpenter: sin brío, sin grandeza, sin esa hermosa convicción genérica clase B de tantas de sus películas (Fantasmas de Marte, la última que había hecho, en todo un modelo de grandeza clase B, un inolvidable space western), y es un tanto penoso ver cuánto descansa Carpenter en golpes de efecto para generar miedos efímeros. Atrapada, historia de una chica internada en un psiquiátrico, basa su funcionamiento en premisas de un guión (un guión no escrito por Carpenter) de poco aliento cinematográfico. Y no sólo por el argumento, medianamente banal, sino sobre todo por los diálogos. Si Carpenter fue siempre un gran continuador de Howard Hawks fue también porque supo escribir (o elegir) guiones con diálogos filosos, secos, reverberantes. En Atrapada los diálogos son meramente funcionales, algunos incluso irritantemente “sembradores de lo que se va a revelar después”, medio revoleados. Quizás debería decir algo más sobre la película, y de hecho hasta podría recomendarla levemente, pero permítanme detenerme acá e ir a tirar los restos de mi globo pinchado mientras decido si me animo a ver la de Harry Potter.