Asesinos de Elite

Crítica de Jorge Marchisio - A Sala Llena

Basada en hechos reales, Asesinos de Elite nos cuenta la historia de un trío de mercenarios que deben eliminar a otros tres asesinos, culpables de las muertes de los hijos mayores de un jeque propietario de tierras llenas de petróleo. Lo que no saben es que ellos también están siendo seguidos por los superiores de sus objetivos, para eliminarlos antes de que cumplan con su trabajo.

Quienes sólo vieron el tráiler, sin saber la sinopsis, se sorprenderán bastante mientras están viendo la película, algo que le pasó a quien les escribe.

Estamos ante esos molestos casos donde el avance es traicionero, mostrando partes de la película que crean una concepción errónea en el espectador sobre la misma, en este caso, casi convirtiéndola en una entrega de otro género al que finalmente pertenece. Algo similar se vio a principio de año con Desconocido, donde la trama de espionaje era la que llevaba el peso de la película y no la de acción como falsamente se vio luego en pantalla. Asesinos de Elite va por este mismo camino: alejada de la acción pura y constante, se centra más en una trama de espionaje y contraespionaje, mucho más cercana a la clásica “el gato y el ratón”. Si debemos compararla con algún film —salvando las distancias técnicas y actorales— sería Múnich, aunque en la obra de Gary McKendry hay bastante más acción.

Y hablando de la acción, está bien dosificada a lo largo de las casi dos horas de metraje, logrando que cada tiroteo, pelea o persecución tenga sentido y no sea una sucesión de escenas vertiginosas. La mano del primerizo McKendry es bastante decente, optando por planos abiertos a la hora de mostrar tiroteos y persecuciones, y un poco más cerrados en las peleas cuerpo a cuerpo, pero sin caer en el recurso de poner cientos de planos cortos por segundo ni de mover frenéticamente la cámara al estilo Michael Bay. Las corografías también están bien realizadas, sobre todos las de peleas a mano limpia, y principalmente cuando se dan entre Jason Statham y Clive Owen, quienes demuestran bastante química tanto para pelear como para compartir escenas de diálogos.

Aunque también debemos en tener en cuenta un par de puntos negativos que restan enteros al conjunto. Llegando al cuarto final de metraje, la película se hace larga, algo reprochable porque estamos ante un film inferior a las dos horas. El otro punto es algo ya casi recurrente en las películas protagonizadas por Jason Statham: el tema del asesino que busca la redención, cansado de matar. Si bien el inglés siempre rinde en películas de acción, ya empieza a ser repetitivo, dejando la sensación que en todas las películas interpreta al mismo personaje que se recicla una y otra vez. De hecho su sub trama de amor es idéntica a la de Los Indestructibles.

En conclusión, estamos ante un aceptable film de acción con bastante de espionaje, sin pretensiones algunas de ser una obra maestra, pero que al tener un tráiler traicionero y un guión con altibajos, deja la sensación de que podría haber sido mucho mejor.