Aprox

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Gestos y poder en el ámbito laboral

Inspirado en varios postulados que fueron tomados de un manual de técnicas de ventas de los años 80, este largometraje de Víctor Kesselman se propone como un ensayo desprejuiciado sobre ciertos intentos por analizar el lenguaje corporal, sobre todo en el ámbito laboral con sus inevitables manipulaciones psicológicas y luchas por el poder.

Entre el falso documental (hay incluso un narrador que da ejemplos con gráficos y animaciones que recuerdan al Telebeam de las transmisiones deportivas) y la ficción (dramatizaciones de las situaciones planteadas en el marco de una oficina, de varias llamadas telefónicas y hasta de algunos encuentros sexuales), Aprox está estructurada a partir de viñetas que apuestan casi siempre al humor absurdo.

El principal problema de este film de espíritu experimental es que no resulta demasiado gracioso. Los conflictos entre jefes y empleados, por ejemplo, están llevados siempre al extremo (desde el tono de las actuaciones hasta la musicalización estridente), pero sólo en algunos pocos momentos alcanza el grado de inspiración y provocación suficiente como para conseguir una mirada irónica y despiadada sobre ciertas verdades que se han manejado respecto del lenguaje corporal en el ámbito de los negocios y, más precisamente, a la hora de disputar espacios de decisión.

La película apela a múltiples recursos narrativos, pendula entre tonos muy distintos (va de la seriedad "científica" al ridículo de algunos comportamientos humanos y al artificio de un puñado de poco inspirados números musicales) con la idea de desmitificar ciertas verdades supuestamente sistematizadas, exponer sus contradicciones, y dejar en evidencia los secretos y mentiras tanto del sistema como de los individuos.

Lo mejor del film -además, claro, de su audacia, de su permanente apuesta al riesgo a la hora de probar con elementos que no siempre funcionan- pasa por algunas actuaciones como, por ejemplo, la de Elisa Carricajo, en el papel de una empleada de medios de una agencia de publicidad, y por la curiosidad de breves apariciones de artistas como Marcos López o Vivi Tellas. Se trata, en definitiva, de una verdadera rareza, aunque esta vez sólo con hallazgos parciales.