Apollo 18

Crítica de Rodrigo Chavero - El Espectador Avezado

Perdidos en el espacio (en todo sentido!)

"Apollo 18" viene acompañada de una importante campaña publicitaria, cosa extraña si tenemos en cuenta que fue un film barato, en términos de lo que la industria mueve hoy en día. La idea de su director, el españolísimo Gonzálo López-Gallego, era la de contar su historia al estilo falso documental. Digamos, una especie de híbrido al estilo "Blair Witch-Project", "Paranormal Activity", "Cloverfield" e incluso "Rec", todas cintas donde primaba el suspenso, veíamos poco e imaginábamos mucho. Siempre reconozco y saludo a quienes se atreven a filmar en esas condiciones (con presupuestos tan pequeños y equipamiento básico), por lo cual, si bien no son de mis favoritas, en general me tomé el trabajo de verlas todas.

(Sí, ya sé, hay otras también hechas con muy poco dinero que son de culto, "El mariachi", de Robert Rodríguez, por ejemplo, pero no pertenecen al género).

Aquí, se vende "Apollo 18" por el lado de la ciencia ficción, apoyados en el fuerte nombre que identifica la serie de misiones especiales enviadas a fines de los 60 por Estados Unidos en la llamada "carrera espacial"...

Para fortalecer este vínculo y dar un marco de "credibilidad", se utilizaron algunos minutos de material real autorizado por la NASA sobre el programa en cuestión. Recordemos que en 1974, el programa se dio por cancelado y siempre quedó flotando en el aire la duda de porqué no se siguió enviando misiones humanas a la Luna. Utilizando este gancho, "Apollo 18" busca hacerse fuerte en esa rendija histórica y se nos presenta como la "misión que nunca supimos que existió", para desde ahí traernos la historia de tres astronautas y los devenires de su alunizaje en aquel desconocido territorio. El objetivo de la misma era montar un dispositivo que permitiera detectar los eventuales lanzamientos misilísticos soviéticos, de manera de repeler el ataque a la brevedad.

El guión, a cargo del también debutante Brian Miller nos pone en viaje junto a la tripulación de aquella expedición. Ellos (los "innombrables", nunca sabremos cómo se llaman!), a saber, el trío conformado por Warren Christie, Lloyd Owen y Ryan Robbins, parecen un poco inocentes, sobre todo porque desde la butaca, enseguida percibimos que desde la Tierra, se sabe mucho más de lo que se les dice... Los hombres en cuestión alunizan sin mayores dificultades, pero cuando comienzan a hacer sus tareas descubren que algo no está del todo bien allá arriba... Quizás, estén acompañados y no por seres humanos precisamente...

No se puede contar mucho más de la historia porque básicamente es eso. Mucho clima (hay esfuerzo por recrear incluso el grano mismo -en la fotografía- de la transmisión televisiva original de esa época), una cuidada reconstrucción de la nave y las clásicas escenas donde los ruidos, los giros y las expresiones son protagonistas. Christie, Owen y Robbins sostienen la película apoyándose en ellos. Sí, está bien, hay desesperación y miedo conforme van descubriendo los secretos del lado oscuro de su trabajo, pero quizás por el registro elegido (el tema del documental), no generan el efecto deseado. Todo es frío e impersonal, incluso las crisis graves que comienzan a aparecer cuando las cosas no salen como se esperan...

Indudablemente una escuela establece un paradigma y partiendo de él, se van desprendiendo propuestas que funcionan como matices del tronco central. Eso es, justamente "Apollo 18". Una variación de algo que ya vimos y que no termina de despegar en ningún momento. Funciona sólo si son fans de films al estilo "Paranormal Activity", de lo contrario no me parece que sea del gusto del espectador corriente.