Ant-Man and The Wasp. El Hombre Hormiga y La Avispa

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Ya se sabe que a las películas de superhéroes hay que quererlas como son. No vale la pena pedirles justificación alguna. Los protagonistas pueden hacer las cosas más insólitas, no sólo en la trama, sino con sus poderes. Hay que quererlos o dejarlos pasar por al lado.

Y a las películas de Marvel, con los personajes de Avengers, les ha ido muy bien adosándoles alguna cuota de humor. No son comedias. Y suelen tener muchísima acción.

Todo este preámbulo es para referirnos a Ant-Man y la Avispa, que ofrece un par de cuestiones que la distinguen. No sólo que tiene en su mismísimo título a una protagonista femenina -algo infrecuente hasta aquí, y que volverá a suceder a partir de marzo de 2019 cundo estrenen Capitana Marvel- también, tal vez más elocuente, que está más destinada a un público infantil que las otras. Y que tiene mucho humor.

¿Es comedia? Es comedia de acción, si se quiere.

Y volviendo a lo que se puede pedir o dejar de requerir a las películas de superhéroes, creer que un ser humano puede achicarse hasta el tamaño de una hormiga, y que un científico puede hacer que un edificio se achique y lo pueda llevar como un maletín… Hay que dejarse llevar, creer o reventar.

La trama de esta segunda película con Paul Rudd como el protagonista nos lleva a los últimos días de su arresto domiciliario (que pasaba en la última del Capitán América, pero si no la vieron, no se preocupen: aquí todo será revelado y relatado). Pero pese a que prometió decir al FBI si tomaban contacto con Hank Pym o su hija Hope Van Dyne, él no lo hace, es más: los ayuda en la búsqueda de la madre de Hope (Michelle Pfeiffer) que está, digamos, perdida en otra dimensión.

Lo dicho: Ant-Man y la Avispa es la película más infantil de la casi dos docenas de realizaciones de Marvel. Inclusive lo es más que la última de Spider-Man. El humor es bastante simple, y los personajes o algunos elementos pueden achicarse o agrandarse desmesuradamente. No hay mucho conflicto.

Lo que plantea esta película es si porque está destinada a un público infantil -ojo, los adultos también podrán divertirse, o no- todo tiene que ser tan esquemático.