Animales fantásticos y dónde encontrarlos

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

La magia sigue intacta
Apabullante regreso del universo del mago más famoso y querido del cine. Gloriosa primera parte de una renovada secuela que promete mucho más que encantamientos patronus fuera de Hogwarts y bicharracos inimaginables.

Hay películas que marcan a fuego el corazón de toda una generación de espectadores, como las que integran la saga de Harry Potter. El universo mágico de la obra maestra creada por J.K. Rowling sigue expandiéndose a paso firme. La historia se renueva y el regreso de ese mundo es tan fascinante como cualquiera de las ocho partes anteriores.

En Animales fantásticos y dónde encontrarlos ya no están Harry, Hermione y Ron, ni la acción transcurre en las aulas de Hogwarts, el colegio de magia y hechicería dirigido por el profesor Albus Dumbledore. Sin embargo, en este inicio de lo que será la precuela de la popular saga, la magia sigue intacta, y por momentos hasta es más poderosa que en las películas anteriores.

La idea es reactivar el mundo de Harry Potter a partir de un libro que salió publicado en 2001 como una guía de criaturas mágicas, libro que además formaba parte del programa de estudio de Hogwarts. Pero con una historia que comprenda los años anteriores a los de la saga del mago con anteojos.

La película está ambientada en Nueva York en el año 1926. Empieza con el desembarco en la gran ciudad de Newt Scamander (interpretado por Eddie Redmayne) con una maleta movediza y sospechosa, como si llevara alguna mascota dentro. Newt se choca con un nomago (muggle), un tipo de mediana edad y regordete llamado Jacob Kowalski, quien también va por la calle con un maletín similar al de Newt.

El choque entre ambos hace que una de las criaturas que Newt lleva en su valija se escape, lo que significa un problema tanto para la comunidad mágica como para los muggles (recuerden que acá el mundo se divide entre los magos y los nomagos, quienes no tienen que enterarse de la existencia de los primeros). Lo que sigue es una sucesión de problemas que se van encadenando hasta el final.

El director David Yates, quien conoce como la palma de su mano el universo de Harry Potter, sabe cómo tiene que ir presentando a los personajes a medida que la acción avanza. Y en esta oportunidad tiene la ventaja de trabajar junto con J.K. Rowling, encargada del guión.

La película da la misma oportunidad a todos los personajes para que se luzcan, y la mezcla de humor con el costado más oscuro del universo creado por Rowling es su gran logro. Eddie Redmayne en el papel de Newt Scamander, con su sonrisa torcida y su complexión desgarbada, compone un héroe distinto y querible. El enorme Colin Farrell, en la piel de un malo callado y misterioso, hace una primera aparición tímida pero que toma color (oscuro) a medida que avanza el filme. Mientras que el actor Dan Fogler, en el papel de Jacob Kowalski, se roba la película con su graciosa cara y su contagiosa sonrisa. La sorpresa actoral del final nos regala el plano del año.

Animales fantásticos y dónde encontrarlos es un inmejorable relato fantástico en clave de aventuras, que petrifica con su varita de efectos especiales y que nos recuerda que el cine es un invento creado para entretener y encantar.