Amores de diván

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El mundo contra mí

Esta (anti)comedia romántica narra las visicitudes de un psiquiatra mujeriego al que se le da vuelta la tortilla. En la primera secuencia, vemos cómo inventa mentiras y excusas para manipular a las mujeres y salir así de una relación afectiva para entrar luego en otra. Pero un día, una de sus tantas ex novias (además ex paciente suya) decide iniciarle un juicio que termina con una junta de ética médica revocándole la licencia para atender.

Nuesto antihéroe decide entonces casarse con una mujer "moderna y tolerante", tal como él mismo la define, como forma de calmar su adicción al sexo, pero todo termina en fracaso. Ya sin esposa ni trabajo, vuelve a la casa de su madre y -luego de buscar infructuosamente trabajo a través de los avisos clasificados- termina como empleado de su patético hermano en una academia de manejo. Todavía hay más: en medio del proceso de divorcio, su ex mujer le informa que está embarazada y que no sabe si el bebé es de él o de su nuevo novio.

Esta producción checa del debutante Jan Prušinovský tiene algunos pasajes inspirados, ciertas observaciones punzantes, pero se sostiene sobre demasiados lugares comunes y clisés de las comedias sexuales y de re-matrimonio (incluso de varias series y películas hollywoodenses). Por momentos, se acerca demasiado al grotesco (con ese espíritu tan propio del cine de Europa del Este) y, por otros, a una sensiblería un poco molesta.

De todas maneras, sin ser nada del otro mundo, se trata de un producto menor pero amable, que se puede ver sin demasiadas exigencias y olvidar sin demasado esfuerzo.