Amigos por siempre

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

La trama no es nueva, porque ya la hemos visto en dos oportunidades: la primera y la original fue la francesa Amigos intocables (2011), con Francois Cluzet y Omar Sy, luego llegó la versión argentina, dirigida por Marcos Carnevale, con Oscar Martínez y Rodrigo de la Serna (Inseparables, 2016), y ahora se estrena la hollywoodense, que tiene al protagonista de Breaking Bad (Bryan Cranston como el millonario cuadrapléjico, y a Kevin Hart como su ayudante/enfermero.

Podrán cambiar los rostros, las locaciones y ciudades, pero la historia sigue siendo más o menos la misma. Y lo cierto es que en las tres ocasiones, el objetivo de entretener y divertir, se cumple.

Phillip, que fue Philippe y Felipe en las otras versiones, necesita quién lo atienda en casi todo momento. Sólo pude mover su cuerpo del cuello para arriba. En esta remake, quien se quedará con el puesto sin tener las condiciones profesionales, pro un gran corazón y un sentido del humor con el que suple aquellas falencias es Dell, un ex convicto en busca de trabajo, O al menos, de que le firmen un papelito para demostrar que lo está buscando.

Confusiones mediante -iba a un edificio a buscar labor de limpieza-, termina en el penthouse del rico Philip y siendo a la larga, como su mano derecha.

Las condiciones sociales diferentes, el vocabulario que maneja uno y otro, y cómo ven la vida puede ser diferente, pero hay algo que une a estos dos personajes y eso es lo que explota el guión, y el director Neil Burger, el mismo de El ilusionista, con Edward Norton.

Como frutilla del postre está Nicole Kidman, como Yvonne, la mujer que asiste al protagonista en su parte empresarial.

¿Si hay diferencias con las otras dos películas? Claro que las hay, más que nada a partir de ciertas situaciones y diálogos, y no hay por qué adelantarlas, para que el espectador pase más que un rato amable.