Amantes por un día

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

En fílmico, en blanco y negro, y con su acostumbrada austeridad, el realizador de Los amantes regulares narra la historia de Gilles (Eric Caravaca), un profesor universitario de filosofía que inicia una relación amorosa y empieza a convivir con Ariane (Louise Chevillotte), una de sus estudiantes.

Las cosas se complican todavía más cuando Jeanne, su angustiada hija de 23 años (la misma edad que tiene su falamante novia) se instala en su departamento tras ser abandonada por su pareja. Como dato adicional cabe consignar que el personaje de Jeanne es interpretado por Esther Garrel, hija del director en la vida real.

El creador de La cicatriz interior, J'entends plus la guitare, A la sombra de las mujeres y La jalousie se acerca a las distintas relaciones que se van estableciendo entre estos tres personajes (y con otros que van apareciendo) con una ligereza seductora para una tragicomedia llena de enredos sobre la infidelidad, los celos, las diferencias generacionales y las manipulaciones cruzadas.

Garrel -autor fundamental del cine francés de las últimas cinco décadas- filma con continuidad y desenfado y mínimas variaciones sobre los mismos temas de siempre y con conflictos y personajes similares, en la línea de su colega coreano Hong Sang-soo. El placer del (re)encuentro.