Amante fiel

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Hijo de Philippe, quien lo dirigió en Los amantes regulares (2005), por ejemplo, Louis Garrel parece tomar prestado de su padre algunas obsesiones o al menos el armado de situaciones dramáticas -triángulo amoroso, relaciones afectivas complejas-, pero en ésta, su segunda película como realizador tras Les deux amis (2015), si bien pivotea sobre ellas les da un aire de frescura y hasta de parodia, saltando de un género a otro.

Con guión compartido con Jean-Claude Carrière, Abel convive con Marianne (Laetitia Casta, esposa del director). Todo iría bien, pero no. Ella le dice que está enamorada de uno de sus mejores amigos, Paul. Y, además, está embarazada. De Paul. Y piensa casarse con él.

A partir de allí, entre la incredulidad de Abel -que interpreta el propio Louis Garrel- las cosas se irán sucediendo hasta que, en un futuro no muy lejano, Paul fallezca, Abel vaya al entierro de su (ex) amigo y la relación con Marianne renace.

Claro que Marianne y Paul han tenido a Joseph (Joseph Engel), y el pequeño está convencido de que su madre ha asesinado a su padre. Y no tarda en contárselo a Abel.

Para complicar o abrir más las cosas en este breve relato -dura 75 minutos, y no le sobra nada-, entra en pantalla Eve (Lily-Rose Depp, hija de Johnny y Vanessa Paradis, idéntica a su padre), que está tremendamente enamorada de Abel y pone en tela de juicio la relación de la pareja.

El título original habla de un hombre fiel, no necesariamente amante, lo que lleva a pensar en las fidelidades a las que Abel se siente o no atado. La película versa sobre los celos, de acuerdo, pero también sobre las libertades que tienen todos y cada uno de estos personajes de hacer lo que les plazca, o les parezca mejor de acuerdo a su conveniencia egoísta.

Como si algo de la Nouvelle vague de los ’60 impregnara la fotografía, los ambientes -esos departamentos...- y las relaciones de los personajes. Como si Garrel tributara más a Truffaut que a su padre. Estamos hablando de palabras mayores, y Garrel, que ganó como mejor director este año en el Bafici, tiene un largo recorrido por hacer en la dirección.