Amanecer en mi tierra

Crítica de Samantha Schuster - Cinéfilo Serial

La organización Vecinos Sin Techo y la comunidad Lof Mapuche Curruhuinca se unieron con el objetivo de recuperar ciertas tierras que estaban bajo la administración del ejército en un Parque Nacional en San Martín de los Andes. Es así como obtuvieron 400 hectáreas en un sitio que se sustenta principalmente por el turismo, donde los bienes naturales están cada vez más restringidos. Su objetivo es construir 250 viviendas, alcanzando nuevos niveles de organización y dignidad.

A través de un documental observacional, de la Orden lleva a la pantalla el proceso de construcción de casas de forma cooperativa. Es así como sigue a los vecinos mientras realizan las tareas de la creación de este barrio social y ecológico, cómo manejan los materiales, montan las estructuras, generan calles. Pero no solo se detiene en los avances y en la concreción del sueño, sino también aborda las distintas problemáticas, dudas e incertidumbres que van surgiendo a lo largo del camino, sobre todo las relacionadas al financiamiento y las cuales involucran al Estado. Esto se ve plasmado principalmente a través de asambleas donde se analizan las distintas situaciones y se evalúan los inconvenientes para encontrar soluciones al respecto. Es allí donde podemos observar los valores de los vecinos y la comunidad, quienes forman una gran familia que se sustenta en base al respeto, el trabajo, el esfuerzo, el deseo por progresar.

Gracias al trabajo del director y a la elección de este tipo de documental, donde la cámara es una mera observadora y no existe ninguna intervención exterior o ninguna mirada a cámara que pueda hacernos perder el foco, el espectador se incorpora a la historia como un personaje más dentro de la comunidad, logrando empatizar con los actores sociales. Es una cinta emotiva por mostrar las frustraciones y los logros que nos hacen tan humanos.

La naturaleza y el paisaje tienen una importancia fundamental, sobre todo por el lugar que ocupa no solo para la comunidad sino para todos aquellos que van al sur en busca de negocios o turismo. Los diálogos se intercalan con estas vistas tan hermosas como alejadas, que proporcionan también más inconvenientes. La música también acompaña a generar el clima deseado, sobre todo hacia el final que le agrega una cuota de emotividad al relato.

En síntesis, “Amanecer en mi tierra” es un documental efectivo que logra plasmar de una manera emotiva el esfuerzo y la lucha de los Vecinos Sin Techo y la comunidad Lof Mapuche Curruhuinca, que buscan no solamente un lugar donde vivir sino dignificarse comos seres humanos a pesar de todas las dificultades. La trama se beneficia sobre todo por la mirada de su director y la correcta elección del género observacional.