Alicia y el Alcalde

Crítica de Maximiliano Curcio - Revista Cultural Siete Artes

¿Puede la izquierda sobrevivir a la crisis partidaria moderna? Este drama francés, plagado de diálogos y guiños hacia la realidad política gala, viene a plantear una suerte de desconexión entre el utopismo de la teoría política y el funcionamiento real y pragmático del gobierno. Profundamente influenciado por Eric Rohmer, en la forma en que filosofa sobre aquello que el argumento revela, “Alicia y el Alcalde” auto percibe de tal forma su concepción inteligente sobre el asunto que explora, que acaba cerrándose sobre su micro mundo y resulta un tanto incomprensible para quienes no vivimos insertos en dicha dinámica e idiosincrasia social. Fabrice Luchini es un político en decadencia que critica el malestar de la izquierda. Actual alcalde del pueblo, otrora batallador ideológico, ha dejado de pensar ‘hace ya veinte años’. Sus convicciones hoy lucen flácidas. Allí está su contraparte, Anais Demoustier, escribiendo a diestra y siniestra memorandos llenos de ideas y esperanzas en reverdecer intelectual La segunda película de Nicolas Pariser opone tradicionalismos y modernismos en boga, resultando un intento necesario de abordar los problemas de la izquierda moderna: un agotamiento conceptual frente al capitalismo del siglo XXI en constante mutación.