47 Ronin: La leyenda del samurai

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Un mestizo que busca ser samurai

En la nueva versión de Los 47 Ronin, leyenda nacional japonesa, Keanu Reeves es el protagonista que se une a un grupo de samurais devenidos en ronin. Una historia de coraje, lealtad y osadía, con puntos fuertes y algunos altibajos.

Keanu Reeves protagoniza esta nueva versión cinematográfica de la clásica historia de Los 47 Ronin. Esta leyenda nacional japonesa basada en eventos verdaderos ya había sido adaptada varias veces y esta es la primera versión estadounidense. A pesar de su base real, aquí la fantasía se adueña de gran parte del relato, e incluye hechizos y demonios. 47 Ronin está ambientada en el Japón del siglo XVIII, y cuenta la historia de un mestizo (Keanu Reeves) que se une a un grupo de samurai devenidos en ronin. Ronin es el nombre que recibe un samurai sin amo. Al centrarse en la figura de un mestizo, sin duda el film pierde algo de su autenticidad pero a la vez es la manera de acercarse a la leyenda. La historia es demasiado buena como para que problemas como este la terminen deshaciendo, aun cuando las cosas se complican. Reeves está bien en su papel y casi todo el elenco que lo acompaña también. Es cierto que luego de haber visto tantas versiones –la de 1941 dirigida por el maestro Kenji Mizoguchi es por lejos la más importante y posiblemente la mejor– suena raro escucharlos hablar en inglés. Aceptando sin hacerse mala sangre esta licencia, la trama atrapa y entretiene, con algunas escenas realmente muy logradas. Otro punto realmente alto son la escenografía y el vestuario, de una precisión que deslumbra. Lamentablemente se nota que la producción sufrió algunas complicaciones y que el director debutante Carl Rinsch perdió el mando. Una de las cosas más absurdas es la gran presencia en el afiche de un personaje tatuado interpretado por Rick Genest (tatuado como cadáver en la vida real) y que sólo es una sombra en el film, así como también el personaje de Kapitan, que voló de la trama, y que son dos personajes holandeses en una escena claramente resumida. Pero aun con la confusión y las alteraciones, la película cumple su objetivo básico. Y como dato extra valioso hay que destacar que termina siendo fiel al final de la historia en la cual se basa, algo no menor a la hora de una producción de esta clase. La historia de coraje, lealtad y osadía de estos 47 ronin se mantendrá viva más allá de esta película y volverá una y otra vez en diferentes formatos. Buscar y encontrar las versiones anteriores es un sano ejercicio cinéfilo para compararla con esta producción.