47 Ronin: La leyenda del samurai

Crítica de Martín Chiavarino - A Sala Llena

La leyenda se degrada

Los acontecimientos históricos llegan a la industria del espectáculo procesados, pasteurizados, saborizados, empaquetados y listos para ser consumidos por un público asumido como ignorante, inculto y desesperado por consumir falsas emociones que alivien el dolor de su pobre existencia cotidiana.

47 Ronin (2013) narra un famoso episodio de la era Meiji, en el Japón de principios del Siglo XVIII, en el cual un grupo de samuráis planificó y ejecutó el asesinato de un oficial de la corte en venganza de una serie de provocaciones que condujeron a la muerte de su señor feudal. La historia es una alegoría sobre la tradición, el honor, la lealtad y el sacrificio dentro del código bushido de los samurái, en contraposición a los valores occidentales que rápidamente comenzaban a imponerse en la corte japonesa con la modernización impuesta por el Emperador para quebrar el poder del shogunato. Esa fue la fortaleza sobre la cual creció la leyenda. En el film, la magia se mezcla con el mito en una historia bastante trillada, imbuida por el espíritu de la espectacularización y bien alejada de lo mejor del cine histórico japonés.