12 años de esclavitud

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Lo peor de dos mundos

Este filme cuenta una historia basada en la vida de Solomon Northup, quien habiendo nacido como una afroamericano libre en Nueva York -un hombre que tenia una profesión y una familia-, fue engañado y vendido como esclavo en el sur.
Durante esos años Solomon (Chiwetel Ejiofor) vive una pesadilla, conoce todas las miserias de la esclavitud, el castigo físico y el psicológico, las condiciones miserables de las viviendas de los esclavos, y las horas interminables de trabajo en condiciones infrahumanas.
En ese estado Solomon debe aprender a sobrevivir utilizando tanto los conocimientos y herramientas que adquirió como hombre libre y educado, así como los métodos de supervivencia que aprende de sus compañeros. Algo así como la cabeza gacha, y los ojos bien abiertos.
La película no ahorra detalles para mostrar lo terrible de la situación que debe sobrellevar el protagonista, que por momentos parece demasiado, como los ruidos de los latigazos y las imágenes de la piel abierta; pero por otro lado tampoco ahorra detalles para mostrar lo bien que vivían algunos gracias a esta economía de mano de obra gratuita.
Se nos presenta un relato muy realista de la esclavitud, no solo desde la piel del esclavo, sino también desde la mentalidad perversa de quien poseía personas como bienes, y abusaba de esta situación de todas las maneras posibles.
Con excelentes actuaciones, una gran fotografía, y un sonido tal vez un tanto exagerado para hacer las escenas aún más dramáticas -como si no lo fueran de por sí-, la película retrata la vida de un sobreviviente, el sistema perverso en el que vivió durante doce años, y su lucha por resistir y volver a ser un hombre libre.